En el siglo XII, en plena guerra entre cristianos y árabes por el control de la Península ibérica, el rey Alfonso II buscaba un sitio para reforzar la frontera sur de su reino, amenazado por la toma de Valencia.
Entonces, los musulmanes, para provocar a sus enemigos, soltaron una manada de toros con los cuernos en llamas. Pero uno de ellos se quedó quieto, solitario en la cima de un monte, desde donde el campamento de Alfonso II aparecía con una estrella entre sus astas.
La estrella era Actuel y, por eso, según la leyenda, de la conjunción de ese nombre y de toro surgió Toruel, antecedente de la actual denominación Teruel.
Ese es el nombre de la ciudad de España que en su plaza principal rinde homenaje al toro, uno de los símbolos tradicionales de la cultura popular ibérica.

Cuál es la plaza que rinde homenaje al toro y sorprende con su arquitectura
A diferencia de otras ciudades, donde la plaza mayor exhibe una estatua dedicada a un rey, la de Teruel tiene una columna coronada por la figura de un pequeño toro. Por eso, los vecinos la llaman Plaza del Torico.
Cerca de la confluencia de los ríos Guadalaviar y Alfambra, Teruel ha sido construida por encima de los 900 m de altura. Dentro de sus murallas destaca el centro histórico, donde está la Plaza Carlos Castel, conocida popularmente como Plaza del Torico, lugar elegido por los turistas para sacarse la selfi de rigor.
La columna, la fuente y la estatua fueron emplazadas en 1858 en reemplazo de una estructura similar del siglo XVI. El torico, fundido en 1855, permaneció allí hasta 1938 cuando, durante la Guerra Civil, fue llevado a otro lugar para protegerlo de los bombardeos.
El torico volvió a su lugar. Pero, en 2022, al retirarse unas cuerdas que se habían colocado por la celebración del Congreso Nacional del Toro de Cuerda, la columna cayó al suelo y algunas partes del torico, como las patas y los cuernos, se rompieron.

El Ayuntamiento de Teruel colocó una réplica de bronce. En marzo de 2025, el torico original estaba siendo restaurado en la Fundación Santa María de Albarracín con el propósito de que recupere su fisonomía original. De todas formas, es posible que no regrese a lo alto de la columna y se conserve en un museo.
Más allá de la Plaza del Torico, Teruel destaca por su arquitectura mudéjar, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Testigo del estilo son la Iglesia de San Pedro (s. XIV) y la Torre de San Pedro (s. XIII), la más antigua de las torres mudéjares de Teruel, la Catedral de Techumbre y las torres de El Salvador y de San Martín.
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