Cuando el otoño avanza y muchas plantas empiezan a perder fuerza, hay otras que recién ahí entran en acción. En vez de resignarse a un jardín apagado, esta temporada puede convertirse en una oportunidad perfecta para sumar plantas que florecen con intensidad, aportan exotismo y mantienen el espacio verde lleno de vida.
Si buscás opciones que combinen belleza, resistencia y un toque diferente, estas seis plantas exóticas son ideales para vos. Muchas se adaptan bien a macetas, otras crecen como arbustos, y todas tienen algo en común: no le temen al frío y son perfectas para cuando empieza el otoño y las temperaturas empiezan a bajar.
Esta planta es una de las más llamativas por su forma poco común. Las flores rojas, alargadas y esponjosas parecen pequeños gusanos de felpa, lo que le da un aire curioso y divertido. Ideal para macetas colgantes o para bordes de canteros, crece rápido y no exige demasiados cuidados. Perfecta para quienes están empezando a armar su primer jardín o quieren sumar color con poco esfuerzo.
Aunque a primera vista parece una planta sencilla, el Miguelito, también conocida como Antigonon leptopus, se luce con sus flores rosadas o violetas y sus hojas. Es una gran opción para espacios con media sombra o lugares donde no da el sol directo.
De la familia de Poligonáceas, esta planta florece especialmente en otoño y suma un aire silvestre y encantador cuando otras especies ya empiezan a apagarse. Tolera muy bien los tiempos de sequía y es considerada una planta trepadora.
La Salvia es una de las especies más agradecidas del jardín otoñal. Tiene una floración generosa, con espigas que pueden alcanzar buena altura, y una paleta de colores que va desde el rojo fuego al violeta intenso.
Las flores ricas en néctar son un verdadero imán para las aves, que pueden seguir visitando tu jardín incluso en los meses más frescos si hay salvias disponibles. Soporta bien los cambios bruscos de temperatura y necesita buena luz para florecer con fuerza, aunque no hace falta sol pleno todo el día.
El Abutilon, más conocido como Farolito chino, es una planta de floración muy decorativa que llama la atención por la forma de sus flores: parecen pequeñas linternas colgantes en tonos cálidos como el naranja, rojo y amarillo. Aporta un aire tropical y elegante a cualquier rincón donde se la ubique.
Crece bien como arbusto o en macetas grandes, siempre que esté protegida del viento. Prefiere espacios con buena luz y algo de sol, pero sin exposición directa durante muchas horas. Es ideal para ubicar en patios techados, galerías o balcones bien resguardados. Además, su follaje verde oscuro le da presencia incluso cuando no está en floración.
También conocida como Cresta de gallo, la Celosia se destaca por sus flores aterciopeladas y su forma singular, que puede parecer una pluma, un abanico o una cresta. Los colores que despliega son vibrantes: fucsia, naranja, dorado, bordó. En pleno otoño, es una explosión de color.
Le gusta el sol y los suelos bien drenados, por lo que es recomendable colocarla en macetas con buen sustrato o en lugares del jardín donde no se acumule humedad. No necesita podas, pero sí conviene retirarle las flores secas para estimular nuevas floraciones. Es una excelente opción para quienes buscan impacto visual sin complicarse con cuidados intensivos.
La Bromelia es una planta que sorprende por su estructura arquitectónica. Su forma de roseta, con hojas rígidas y a veces con bordes dentados, crea una presencia muy moderna. Muchas bromelias florecen una sola vez en su vida, pero esa floración suele durar varias semanas, y su follaje se mantiene decorativo durante meses.
Se adapta muy bien a macetas decorativas, y es ideal para ubicar en interiores luminosos, balcones techados o patios donde reciba luz indirecta. Es una excelente opción para sumar un toque exótico sin ocupar demasiado espacio. Además, su sistema de riego es sencillo: se hidrata directamente en la base de las hojas, donde retiene agua.
Esta planta se adapta perfectamente a rincones con sombra y florece con fuerza durante el otoño. Foto: Wikimedia Commons.
Es una planta llamativa que mantiene el jardín colorido incluso en los días más fríos. Foto: Archivo Clarín. 
