Para este año, las proyecciones económicas indican que la economía crecerá entre 4 y 5% tras superar la recesión de 2023 y 2024. Pero esta recuperación seguirá siendo despareja: el consumo masivo seguirá rezagado y con pocas chances de recuperación plena, como consecuencia del ancla salarial que impulsa el gobierno.
La semana pasada el INDEC publicó el índice de salarios de marzo, donde el sector privado registrado exhibió una suba del 2,2% mensual, contra una inflación de 3,7%. De esta forma, tras dos meses donde los ingresos evolucionaron en torno a los registros de inflación (2,3% promedio mensual), en el tercer mes se dio una baja de 1,5% en términos reales.
"Los ingresos salariales de los primeros meses del año resultaron magros, dada la confluencia del freno en el proceso de desinflación y una política salarial más dura", señala la Fundación Capital (FC). El cálculo al que llegaron es que el poder adquisitivo habría verificado una pérdida en abril del -0,4% real.
Así, en el primer cuatrimestre el salario del sector privado registrado habría disminuido 1,9% en términos reales, a contramano de la recuperación que se venía dando en la segunda parte del año pasado.
Estos números le ponen un freno a la recuperación del consumo masivo. En abril Scentia, que mide la evolución de las ventas en supermercados y mayoristas, detectó una mejora tras varios meses de caída. El mes pasado el relevamiento cambió de signo y mostró un 0,1% frente al año pasado, que "si bien es tenue, es de gran relevancia porque marca un quiebre luego de muchos meses", aseguró la consultora.
Esta medición terminó con una caída de 13,9% en 2024 y en 2025 acumula un retroceso de 6,5%.
En parte esto es consecuencia de la decisión del gobierno de ponerle límites a las paritarias para que no presionen sobre la inflación. Este ancla inflacionaria lleva a que anunciaran que no homologarán el acuerdo salarial de comercio -el gremio con mayor cantidad de afiliados-. Comercio había cerrado la paritaria con subas del 1,9% en abril, 1,8% en mayo y 1,7% en junio.
"Tras la baja en el poder adquisitivo del período enero-abril (-1,9% real estimado), el quinto mes del año con algunas reaperturas en las paritarias podría evidenciar un resultado neutro a ligeramente positivo, en un marco donde el IPC volvería al rango 2%-2,5%", señala la FC.
"Hacia delante, con las autoridades reforzando el ancla salarial, el sendero de recuperación del poder adquisitivo luce limitado. Así, el salario real transitará el 2025 en un nivel acotado, sin superar el de finales de 2024", agregan.
La estimación es que el poder de compra del sector privado registrado continuaría 20 puntos por debajo del promedio de 2017 y unos 35 puntos en el sector público.
Si persiste la calma cambiaria y la desinflación, "el consumo privado verificaría una mejora progresiva en el segundo semestre del 2025, traccionado por una mayor certidumbre, el impulso del crédito y precios “disciplinados” de algunos bienes durables y semidurables (reducción de aranceles, reducción de restricciones a las importaciones)".
Hacia fin de año el consumo se sostendría levemente por debajo del nivel de la primera mitad de 2023 (-1,2% en términos desestacionalizados) y un 3,7% por debajo del nivel máximo alcanzado hacia finales de 2017.
En este escenario de rebote leve, el consumo seguirá moviéndose a dos velocidades. Los bienes durables tendrían una mejor dinámica, traccionado por el crédito y una mayor recuperación del ingreso de los quintiles de alto poder adquisitivo. Por el otro lado, el consumo masivo mostraría una evolución más modesta, con salarios magros y menor ingreso disponible tras el pago de servicios.
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Redactora de la sección Economía, especializada en negocios [email protected]
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