Desde su chalet en Beccar, Oesterheld imaginaba mundos extraordinarios junto a colegas como Solano López y Alberto Breccia. Las primeras viñetas de El Eternauta, publicada por primera vez en 1957 en las páginas del Suplemento Semanal Hora Cero, lo muestran, en un ejercicio metaficcional, al guionista recibiendo a Juan Salvo, quien llegó a su hogar luego de incontables travesías por la eternidad. La adaptación reciente de Stagnaro para Netflix es consciente de ello: empieza a pocas cuadras de aquel chalet donde comenzó todo.
Uno de los elementos que hacen al cómic todavía vigente en el tiempo son sus locaciones. En aquel momento, los relatos de ciencia ficción transcurrían en lugares alejados de las mentes argentinas, como Nueva York o Londres. Pero la historieta de Oesterheld parte de las inmediaciones de su hogar, en el norte del Conurbano bonaerense, y se despliega hacia el sur, adentrándose en la Capital porteña.
Juan Salvo, Favalli y el joven Pablo se unen al ejército de resistencia y van hacia el centro de la ciudad, en donde sospechan que se encuentra el corazón de la invasión. Así, batallan en la General Paz, se arrinconan en el Estadio Monumental, inspeccionan Barrancas de Belgrano, se enfrentan al desastre en Plaza Italia, se refugian en la estación Plaza Italia de la Línea D y llegan hacia el puesto de comando de los Ellos, en la Plaza del Congreso.

Un circuito posapocalíptico
En la transposición del lenguaje del cómic al audiovisual, el equipo de Stagnaro tenía como directiva central transposicionar aquella atmósfera de cercanía. “Después de leer El Eternauta, recuerdo pasar por las mismas calles que atravesaban los personajes y tener una sensación única, la de estar en el lugar de la aventura", afirmó el director.
En el proceso de adaptación, se tomó a la historieta más como un punto de partida que como una finalidad. Así, se hicieron cambios tanto para trasladarla a la actualidad, como para hacerla funcionar en el lenguaje audiovisual. En ese sentido, el circuito del recorrido también mutó.
Pero Vicente López, como en la obra original, sigue teniendo un protagonismo absoluto en la serie. "Bruno Stagnaro quiso mantener el espacio en el partido, por lo que la búsqueda se atuvo principalmente a esa zona", aclara el asistente de locaciones y jefe de locaciones del último capítulo, Sebastián Cerezo.

La casa de Favalli se encuentra en las cercanías del chalet en donde vivió Oesterheld y en donde comienza la acción de la historieta, en Beccar. Siguiendo los pasos del Juan Salvo encapotado en el capítulo 2, la terminal de El Tren de la Costa se muestra cubierta de la nieve mortal.
Luego, Salvo tiene una impactante escena en la estación Bartolomé Mitre de la línea Mitre, que, como afirma Cerezo, fue filmada en los Talleres de Victoria de Trenes Argentinos (San Fernando) y aquel espacio fue insertado más tarde en las vías de la estación.
El edificio donde vive Elena, la ex esposa del personaje que encarna Ricardo Darín, se encuentra en Florida. Mientras el protagonista escapa del edificio con ella, los demás personajes van al Cuartel Central de Bomberos Voluntarios, ubicado sobre Av. Maipú entre Libertad y Arenales.

Más tarde, Salvo y Elena van en busca de su hija. La escuela en donde investigan es el Colegio León XIII, ubicado en Palermo. Por otro lado, la casa con la pileta por la que pasan y la farmacia están ubicadas en San Fernando y Olivos, respectivamente.
El capítulo 4 transcurre principalmente en los alrededores del Puente Saavedra, en un claro guiño a "El Combate de la General Paz" del cómic. Así, la Avenida San Isidro Labrador toma un lugar protagónico. Se les negó el permiso para filmar en la Parroquia ubicada allí, por lo que se utilizó la fachada y el interior de la Parroquia de San Telmo.
El túnel que atraviesan los protagonistas y que sigue a la calle Vuelta de Obligado, por debajo de la General Paz, tiene una historia particular: "Hace 14 años habían encontrado un cultivo de marihuana gigante abajo de la autopista, en un lugar como ese. Hubo que pedir un permiso a la autopista para que nos dejen abrir un boquete. Así que rompimos el túnel, armamos una falsa pared, filmamos la escena y después se volvió a sellar de nuevo", cuenta Cerezo.

Más tarde, los personajes atraviesan la ciudad en dirección norte por la Panamericana. En el camino, hacen una pausa en un desolado y reseco puerto de Olivos, para luego llegar al Shopping Soleil, lugar central del quinto capítulo.
A diferencia de la historieta, la acción se mueve por el Camino del Buen Ayre hacia Campo de Mayo, en San Miguel, en donde se organiza la resistencia. Aquel espacio tiene una memoria sensible: "Fue bastante delicado porque es uno de los lugares donde había estado también secuestrada una de las hijas de Oesterheld", afirma Cerezo.
Luego, vuelven al sur, pasando la General Paz y ya en Palermo, los espacios de la Torre Dorrego y la aledaña estación Ministro Carranza de la línea D son de los últimos lugares mostrados en la temporada, para luego concluir en Barrancas de Belgrano, con el Estadio Monumental (tan importante en la historieta) en la lejanía.

En todo el proceso, Cerezo, que forma parte junto a sus compañeros de A.P.P.L.A.A. (Asociación de Productoras y Productores de Locaciones Audiovisuales de la Argentina), recalca el apoyo de BAset, la entidad que otorga permisos de filmación en Caba, y de la Municipalidad de Vicente López.
Un realismo enrarecido
Era importante para la producción no solo volcar el realismo de las calles bonaerenses y porteñas (espacios también protagonistas de obras anteriores de Stagnaro, como Pizza, birra, faso y Okupas), sino también dotarlas de la cualidad apocalíptica de aquella nieve mortal.
En todo el desarrollo se realizaron operativos enormes para cubrir la ciudad de una nieve artificial hecha de sal, celulosa, espuma seca y eco-snow, y por otro lado fue central el rol del Virtual Production, un método de producción audiovisual en el que se crean escenarios digitales a partir de, en este caso, el escaneo de varios kilómetros de la ciudad.

Aquel trabajo innovador, junto al arte, el vestuario, la creación de props e incontables roles más de todo un equipo técnico de más de 150 personas, permitió trasladar aquellas viñetas imaginadas por Oesterheld y Solano López más de 60 años atrás al formato de una serie actual de ciencia ficción, de calibre y tono inéditos en el país, cuya primera temporada está causando furor (fue top 2 en el ranking mundial) y cuya segunda temporada se encuentra en preproducción. La odisea del Eternauta acaba de comenzar.
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