Cuando el irlandés Rory Morgan tenía 32 años cuando decidió dejar atrás años de capacitación y de una vida que él mismo consideró horrible. Eso hizo que se mudara a Rathlin, una pequeña isla de 9 kilómetros de largo y 2 de ancho, que no tiene electricidad y a veces, por las inclemencias del clima, queda aislada del resto de Gran Bretaña.
Hasta ese momento frecuentaba los mejores bares y restaurantes de Dublín, conducía un coche importado y vestía las prendas más caras. Pero decidió destruir para siempre aquella vida
A los 43 años, recuerda con desprecio aquellos años como ejecutivo de recursos humanos en una importante firma de la capital irlandesa de la que decidió escapar. Después de graduarse de la universidad en Belfast, Rory inició una exitosa carrera, que lo llevó a trabajar para varias empresas multinacionales en todo el mundo.

Cuando su historia se conoció en 2021 a través de la TV británica, el hombre aseguró que su madre solía decirle que tenía un "trabajo horrible". Además, expresó que nunca trató a las personas de manera "injusta" cuando le tocaba despedir a alguien.
"Sabía que tenían que volver a casa y dar la noticia de que habían perdido su trabajo a su familia", expresó. Sin embargo, un incidente durante su último trabajo en Dublín lo empujó a dejar todo atrás.
Después de meses tratando de reclutar talentos de distintas partes del mundo y de convencer a la gente de que se mudara a Irlanda, la empresa para la que trabajaba en ese momento decidió cerrar la oficina de Dublín el mes siguiente.

"Solo pensé: ¿cómo se lo voy a decir a esta gente">