La llamativa austeridad de la cartelería vial para indicar la cercanía a Tapalqué cuando se transita la ruta 51 pareciera un acto deliberado que intenta preservar de manos ajenas cada uno de los atractivos de este pueblo a mitad de camino de Saladillo a Azul.
De a poco, empujada por las caricias que dispensan las aguas minero-medicinales del complejo termal, esa vocación de los tapalquenses por pasar desapercibidos a los ojos extraños pareciera ceder. Al tradicional paseo de la costanera se le sumó un competidor de fuste para convocar a vecinos y turistas.
Las cuatro piletas cubiertas ofrecen baños a temperaturas que fluctúan entre 31 y 40 grados, un bálsamo repartido en partes iguales para el cuerpo y la mente, que es complementado por el entorno rural desde cualquier rincón del parque, un patio gastronómico, juegos infantiles y la irresistible tentación que generan los sabores autóctonos, con la torta negra -un genuino orgullo local, preparado en forma de pizza- a la cabeza.

Bajo los reflejos del sol o recubiertos por un manto de nubes amenazantes, la caminata por los senderos que recortan las 17 hectáreas forestadas resulta tan placentero como los recorridos -matizados por alguna oportuna mateada- que plantea el Balneario Municipal, con su alfombra volátil de hojas secas a los pies, al borde del arroyo Tapalqué.
El mejor cierre de la jornada se disfruta, indefectiblemente, desde el mirador Puesta del Sol, a la entrada del Camping Municipal.
Esas módicas interacciones con la naturaleza son buenas razones para desgastar o reponer energías -según el caso-, un ritual al que la variada gastronomía autóctona añade su dosis de sabores y calorías.

El café Don Chito, recientemente inaugurado en la avenida 9 de Julio, cumple su parte con creces, gracias a sus inigualables medialunas, masas y tortas de todos los colores y gustos, croissants, fosforitos y los infaltables cortes triangulares de torta negra.
En la costanera, la mano virtuosa de Poli Andenoche, el chef del restaurante La Terraza del Balneario, se nota en el eximio sabor de los agnolottis, las ocho variedades de milanesa y los nueve tipos de pizza y hamburguesa sugeridos en la carta.

En la orilla opuesta, del otro lado del puente frecuentado a toda hora a ritmo relajado por automovilistas, ciclistas y pastones, la parrillada y el pastel de papas del tenedor libre La Clandestina no son más que la antesala que propone a los clientes el anfitrión -el profesor de Educación Física devenido en empresario gastronómico Marcelo Barra- para tomar parte de una peña folclórica, sencilla y familiar, en la que suele anotarse seguido el cantor Humberto Payero con su grupo Los 4 de Copas.
“Acá nos conocemos todos y la atmósfera familiar se mantiene incluso en la rivalidad futbolera entre Atlético Tapalqué y Sarmiento”, deja en claro la guía Mariángeles Gosparini, mientras conduce sin ningún esfuerzo el vehículo eléctrico de la comuna que vincula los puntos de interés de Tapalqué a no más de 20 kilómetros por hora.

El circuito se extiende hasta las afueras de la ciudad, donde la estación de tren -que se escuchó pasar por aquí entre 1912 y 1964- fue reconvertida en la Escuela de Educación Artística N° 1.
Las sólidas instalaciones de la parada del ferrocarril parecieran replicarse en la imponente silueta de la iglesia San Gabriel Arcángel, plantado cara a cara con la céntrica plaza Donato Álvarez.
En la vereda opuesta del más amplio espacio verde del casco urbano -el punto de reunión más convocante del pueblo-, la arquitectura del Centro Cultural Ricardo Romera aporta desde 2003 un toque moderno -incluso levemente futurista-, en claro contraste con la fachada clásica de la sede de la Asociación Italiana de Socorros Mutuos.

“Todo el pasado de Tapalqué se cuenta en el Museo y Conservatorio”, promete Gosparini, a pocos minutos de quedar en claro que la guía se quedaría corta en su aseveración.
Bajo el techo de una casona tipo chorizo de 1942, el visitante tiene la posibilidad de seguir una línea de tiempo en la que despuntan las piezas que sostienen la identidad local, usos y costumbres según la época reflejados en cinco salas temáticas y hasta el origen de la torta negra en la panadería de los hermanos Bruno cuando asomaba la década del 1920.
Entre los nombres fuertes que registra la historia de Tapalqué -reflejados en la muestra de este museo que deslumbra por igual a historiadores, museólogos y turistas sensibles- resaltan Charles Darwin -que pasó por el incipiente paraje rural en 1831, más de treinta años antes de la fundación oficial-, Juan Manuel de Rosas, el cacique mapuche-tehuelche Vicente Pincén y el luthier y músico Juan Pablo Fredes, a cargo del único taller de fabricación de bandoneones para niños en el mundo.
La visita a Tapalqué puede llegar a su fin en este completo resguardo de piezas añoradas, aunque no conviene descartar la idea de volver una y otra vez al desbordante marco verde que atraviesa el arroyo, la calma inquebrantable del complejo termal o los sabores propios de Tapalqué, un destino que asoma sin siquiera un dejo de apuro.

Cómo llegar a Tapalqué
- Desde la ciudad de Buenos Aires hasta Tapalqué son 270 kilómetros por Ricchieri, Autopista Ezeiza-Cañuelas, ruta 205 hasta Saladillo y ruta 51.
- Bus semicama Pullman General Belgrano desde Retiro (5 hs. 30'), $ 18.525; coche cama, $ 27.500.

Dónde alojarse
- Hotel Tapalqué Cooperativo: habitación doble con desayuno, TV cable y wi-fi, $ 51.000; triple, $ 55.000; suite para 2, $ 58.000 a $ 60.000 (02281- 15351624 / [email protected].
- Departamentos Rancho Aparte: para dos personas con DirecTV, wi-fi, cochera cubierta y cocina completa, 60.000; para 3, $ 80.000; para 4, $ 100.000; para 5, $ 120.000 (02281- 15591156 / [email protected]
- Cabañas y habitaciones Amancay: $ 25.000 por persona con desayuno, TV cable, wi-fi, parrilla y cocina con heladera, vajilla, anafe y horno (02281- 15460960).

Dónde comer
- Tenedor libre de entradas calientes, fiambres, ensaladas, parrilla y postre en el restaurante La Clandestina, $ 14.900.
- Fosforito de jamón y queso en el café Don Chito, $ 1.800; porción de pastafrola, $ 1.800; medialuna, $ 800; café americano, ristretto o espresso, $ 2.000; submarino, $ 3.000.
- Milanesa (8 variedades) en el restaurante La Terraza del Balneario, $ 10.000 a 12.000; pizza (9 variedades), $ 7.000 a $ 14.000.
Cuánto cuesta
- Entrada al complejo termal, $ 14.500; de 3 a 12 años, jubilados y pensionados, $ 11.000; locker, $ 5.000 (02281- 15585125 / [email protected] / www.termastapalque.com.ar).
- Cabalgata al paso de una hora La Ilusión por la Costanera, $ 35.000; de media hora, $ 30.000. El guía Gustavo Olivera también organiza salidas de medio día, que incluyen asado (02281- 15505767).
Dónde informarse
- (02281) 15594553
- [email protected]
- www.tapalque.tur.ar
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