Todo debe comenzar en Ye Olde Trip to Jerusalem. Aunque es protagonista de la intrincada batalla por encaramarse en el pub más antiguo de Inglaterra, su apertura en 1189, le permite ganar la pulseada porque es el único que aún está abierto.
Para quien obedece e inicia desde aquí su recorrido por las tierras del héroe habituado a robar a los ricos para dar a los pobres, se encuentra al pie de Castle Rock, sobre el que se asienta el Castillo de Nottingham.
Por supuesto, en el pub hay licores, cervezas de barril, vinos y algunas opciones sin alcohol para los más chicos, pero es posible dar una vuelta sólo husmeando el sitio.
Sin embargo, la cita es otra: encontrarse a tomar algo con Robin Hood. ¿Qué? Sí. Va a estar esperando en la barra. Uno sonríe, se imagina una especie de personaje de un parque de Disney que tiene que cumplir su papel de 9 a 18. No es así en absoluto.
A la hora señalada, cuando se entra a Ye Olde Trip to Jerusalem la primera impresión es extraña, el sitio no es parecido a otro. Mucha gente, recovecos pequeños, varios “grandotes” en la barra.

Uno pregunta por “Ade”, el nombre que le dieron. Como si fuera la contraseña, uno de los sujetos que a primera vista parece vestir harapos, se da vuelta y con una sonrisa más grande que su cara, un gorro verde puntiagudo que le acaricia todo el recorrido de la nariz, y un traje mezcla verde bosque y marrón corteza, saluda: “Hola, soy Robin Hood”.
Uno sonríe. Los que entran y salen durante los cinco segundos en que la cabeza del visitante se ordena, pasan por al lado y van diciendo cosas como “¿Qué tal tu día, Robin?”, “¿Acordate que tenemos un café hoy por la tarde, Robin?", ¡Hey, Robin!, ¿juntaste muchas monedas hoy?”. Hay mucha simpatía. El juego está comprendido: Ade Andrews lleva 32 años viviendo como el forajido de Nottingham.
Errol Flynn, Kevin Costner y Russell Crowe son algunos de los nombres que dieron vida a Robin en el cine, pero Ade se ha convertido en el personaje del siglo XXI.

Con una infancia compleja que prefiere no reflotar, estudió historia en la Universidad de Londres. Llegó apenas comenzada la década de los '90 a Nottingham, enamorado de los valores que representa Robin Hood.
Se encontró con tours turísticos desalmados, puestas en escena medievales cercanas a la pantomima y poco conocimiento real de la traza histórica. En 1993 tomó la decisión de recrear al príncipe de los ladrones y en junio de ese año se unió al circuito Kiss My Axe, para perfeccionar sus habilidades con la espada en festivales célebres como los de Edimburgo y Glastonbury.
Ya ataviado con la vestimenta, la espada y las historias, comenzó a circular Nottingham para abrir el libro de relatos de la ciudad, la historia y el propio personaje.

Nadie lo llama por su nombre. Nadie se incomoda ante sus juegos de espadas en el medio de una avenida o cuando besa la tierra. Se iluminan los rostros de los niños que lo cruzan en una caminata y Ade desgaja no sólo los datos crudos que todo visitante aprecia en un recorrido que puede ser lo prolongado que el viajero desee, sino que se obsesiona por hablar sobre temas como la esperanza de ir por tus sueños o la capacidad de ser lo suficientemente desprendido como para compartirlo todo con el resto.
Fue Guardabosques del Patrimonio en el Bosque de Sherwood, donde empoderó a las comunidades locales para resucitar las costumbres rurales como puntos claves para las celebraciones modernas. Trabaja en sus recorridos el frondoso entramado histórico, tejiendo realidad y ficción, mitos y leyendas, con una capacidad fantástica de estar contando un cuento.
Invita a explorar la leyenda de Robin Hood atravesada por el paisaje urbano en constante evolución de Nottingham como telón de fondo.

“Me resulta cautivador entender que Robin no ha sido un personaje concreto, sino varias imágenes e ideas que quiero transmitir hoy -explica-. Me gustaría que podamos reconectar con la tierra y el sentido de pertenencia, inspirados por un profundo aprecio por la historia y el patrimonio únicos de Nottingham. Hood es una idea de valentía, de atrevimiento, de conquistar tus ideales sin tener las herramientas perfectas. Hay algo en él que todos deseamos conquistar”.
El puente sobre el río Trent
Enclavada en East Midlands, en el corazón de Inglaterra, a tres horas en auto de Londres y algo más de 2 de Manchester, nació como un pequeño asentamiento en el siglo VI.

Primero llamado Snottingham, se convirtió en Nottingham con el paso de los años. Para el siglo IX los daneses habían convertido al pueblo en un burgo rodeado por un foso defensivo. En el año 920 volvió a estar bajo dominio inglés y de esa época data el primer puente sobre el río Trent.
Poco más tarde, en 1067, Guillermo el Conquistador construyó un castillo para proteger la ciudad. Esa obra de madera fue reemplazada por indicación del rey Enrique II con una tradicional de piedra y reconocida por entonces como una de las mejores fortalezas del país. Hoy solo quedan apenas algunos cimientos y murallas exteriores. Para su primer emplazamiento se eligió una posición elevada sobre lo que se conoce como Castle Rock (£15, lunes a viernes, de 10 a 17), con algunos acantilados que alcanzan los 40 metros de altura. Es allí mismo, a la vera de uno de sus laterales, donde se inicia el recorrido con el Robin Hood del siglo XXI.
Fue testigo del enfrentamiento entre Ricardo Corazón de León y su hermano, el príncipe Juan quien, mientras Ricardo participaba de la Tercera Cruzada, intentó apoderarse del castillo y el trono, pero fue vencido al regreso del rey en 1194.
También allí, pero en 1330, el Rey Eduardo III derrocó a su madre, Isabel de Francia.
Para el siglo XVI el deteriorado era notorio, y Henry Cavendish, segundo duque de Newcastle, construyó sobre los antiguos cimientos su mansión de estilo francés.
Dos siglos más tarde se incendió y fue reconstruido para ser usado como museo y galería hasta hoy.

Se cree que Ye Olde Trip to Jerusalem fue originalmente la cervecería del castillo: The Pilgrim. Más tarde devino en posada, aunque adoptó su nombre definitivo en 1799 en honor a los peregrinos que, siguiendo el espíritu de las cruzadas, se encaminaban a Jerusalén.
Es desde el bar que se accede a uno de los sitios más curiosos de Nottingham: sus cuevas medievales (£8,75, reserva previa, lunes a viernes de 10 a 17, hay otras entradas).
Un laberinto al que se llega desde la bodega cervecera y lleva más allá del castillo. Datan de 1250 y es la red más importante de Inglaterra que aún se conserva bajo todo el casco moderno de la ciudad con 500 cuevas visitables.
La historia dice que comenzaron siendo viviendas para la población más pobre, luego albergaron a la producción de curtido durante la Revolución Industrial y fueron refugio antiaéreo en ocasión de la Segunda Guerra Mundial.
En contraste, Nottingham Contemporary es una de las galerías de arte moderno más grandes del Reino Unido. De gratuito (martes a sábados de 10 a 16 y domingos de 11 a 17), diseñadas por los arquitectos Caruso St John, tienen un programa de eventos que comprende a todas las artes.
Small Food Bakery (33 Seely Rd), un clásico para detenerse a desayunar, optar por el brunch o llevarse un bocado para seguir el recorrido, es una invitación a probar los panificados con la mejor masa madre de la ciudad.
Otra buena idea para hacerse de algunas prendas vintage son las dos tiendas más conocidas de Wild y Cow, a pasos una de otra en Broad St.
Apenas cruzando, Handmade es una interesante recopilación de artistas locales, ideal para hacerse de algunos souvenirs auténticos.
La era de las máquinas
Si hay ganas de sentirse como un local, es preciso citarse en el lugar predilecto para quedar con amigos: junto a la escultura del león, situada a la izquierda del Ayuntamiento en la Plaza del Mercado Viejo. Es una de las selfies favoritas, además de la estatua de Robin Hood en Castle Rock.
Una de las características de la ciudad es que conserva, como en capas, las diferentes épocas que la atravesaron.

Descendiendo desde Castle Rock apenas unas cuadras, el siglo XIX y el XX quedan entretejidos en la arquitectura vernácula. Basta recorrer los barrios con una mirada sagaz para atravesar todas las etapas de la industrialización, hasta llegar al apogeo financiero.
Con más de mil años de historia bajo sus calles, el Mercado del Encaje se encuentra en la zona más antigua de la ciudad, donde se instaló el primer espacio industrial. Su particular diseño puso a Nottingham en el mapa de la moda mucho antes de que el diseñador Paul Smith, una celebridad local, abriera su primera boutique en 1970. Aunque ese negocio ya no existe, mantiene su comercio más importante aquí en honor a sus inicios.
Los espacios que ocupara el mercado originalmente, distinguibles por su clásico ladrillo rojo y dinteles ocre, albergan algunos de los emprendimientos más de vanguardia, bares exóticos y restaurantes de tendencia. Un recorrido por la zona es calmado y sorprendente. No hay que dejar de mirar hacia arriba porque aún se encuentran en las molduras los nombres de las antiguas compañías textiles.
Por la zona se encuentran las Galerías del Museo de Justicia (£13.25, lunes a viernes de 10 a 17), según cuentan los locales, uno de los edificios más embrujados de Inglaterra. Allí, guías ataviados con prendas de época emprenden un recorrido por las historias de los tribunales victorianos y las cárceles georgianas.
La iglesia Santa María en Lace Market es el templo donde se dice que Robin Hood fue capturado por el sheriff de Nottingham. Es la más antigua de la ciudad, se dice que data de la época sajona. La primera mención que se tiene de ella es de 1086.
El 8 de mayo de 1941, aviones alemanes atacaron la ciudad con bombas incendiarias. Una de ellas se alojó en el techo de la Iglesia, pero dos bomberos Reg Miller y Chris Raybould se las ingeniaron para ingresar y atacar el fuego desde el interior. Lograron salvar el edificio y ese hecho logró mantener el espíritu de la ciudad que recibió 1.100 bombas en una sola noche.
Pitcher and Piano (High Pavement, Nottingham NG1 1HN, a diario de 12 a 22hs.) es un bar y restaurante imperdible que ocupa todo el atrio de una iglesia del siglo XIX: The Unitarian Church.

Wollaton Hall (gratis, a diario de 11 a 16), por su parte, es una impresionante mansión isabelina renacentista construida en 1588 rodeada de parques de 200 hectáreas que fue una de las residencias más lujosas de la reina Isabel. Parte del edificio está ocupado por el Museo de Historia Natural de Nottingham. Fue usada como la casa de Bruce Wayne en la película de Batman “El caballero de la noche asciende” (2012) dirigida por Christopher Nolan.
Un dato más: a orillas del río Trent se encuentra el estadio del del Nottingham Forest FC (recorrido y visita al museo £25, a diario de 10 a 17 hs.).
El escondite de Robin: cómo llegar al bosque de Sherwood
El alma de las aventuras de Hood se esconde en el célebre bosque de Sherwood. A 27 kilómetros de la ciudad de Nottingham, es un imperdible si se visita la localidad.
Se puede llegar en tren hasta Mansfield Woodhouse y allí tomar el bus 15A que lleva al parque. El ingreso es gratuito (estacionamiento £6 el día).
El Centro de Visitantes (de 10 a 17 hs.) es el primer paso para entender el recorrido y elegir qué hacer. Allí espera una cafetería, la tienda de souvenirs y personal que puede orientar sobre la visita. Los únicos baños de la reserva están aquí. Hay paseos y senderos ideales para el avistaje de fauna y registro de plantas. Hay rutas históricas, patrimoniales, para principiantes o para corredores, también visitas guiadas.

La estrella, luego de Robin, por supuesto, es el roble mayor. A solo 15 minutos a pie del centro de visitantes, por el sendero Major Oak Trail se encuentra uno de los 70 árboles más antiguos del Reino Unido. Aunque se desconoce su edad exacta, ese estima que lleva en pie unos 1100 años. Lo que implica que ha sobrevivido a la invasión vikinga, la batalla de Hastings, Waterloo, los nacimientos y muertes de Shakespeare, Enrique VII, Dickens, Darwin, Newton, Chaucer, Cromwell, las dos guerras mundiales y a más de 50 monarcas. Tiene una extensión de copa de 28 metros, una circunferencia de tronco de 11 y un peso estimado de 23 toneladas. Sus alrededores están repletos de otras piezas similares.
Edwinstowe, a 10 minutos a pie, es una aldea histórica emplazada en el corazón del bosque. Según los relatos, fue en su iglesia donde Robin Hood se casó con Lady Marian.
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