Mario Ferretti (84) era sinónimo de doma y folclore. Pasó cinco décadas de su vida con su cámara de fotos en las jineteadas del sur de la provincia de Buenos Aires. En esta etapa había decidido estar más tranquilo, al lado de su última compañera, María Elsa Colman (76). Llevaban menos de una semana juntos en su nuevo hogar, en Tres Arroyos, cuando fueron víctimas de una tragedia: murieron intoxicados con monóxido de carbono.
El hijo de Mario llegó este martes el mediodía a la casa de Larrea al 400, preocupado porque el hombre no le respondía los mensajes. Al llegar, imaginó que algo malo había pasado y llamó a los bomberos.
Los cuerpos estaban en la habitación. Según reconstruyeron los investigadores, Ferretti y Colman se acostaron. Como hacía frío, pusieron una garrafa con una especie de hornalla para calentar el ambiente. Se durmieron y no se despertaron más. También murieron sus dos mascotas (un perro y un gato).

La pareja se había mudado recientemente al lugar y estaba esperando que fueran a instalarle el gas.
Las fuentes consultadas por Clarín confirmaron que fallecieron a causa de la inhalación de monóxido de carbono. Así se desprende del resultado de las autopsias.
Ambos llevaban alrededor de un año juntos. Elsa estaba jubilada. Había sido enfermera, peluquera y pedicura. Era una experta cocinera. Dejó dos hijos (María José y Camilo) y varios nietos. Mario había perdido a una hija hace poco tiempo, víctima de una enfermedad pulmonar.
Sonia Crotti (69) destacó a este diario que el hombre era muy amigo de su papá, Atilio Crotti, otro fotógrafo de las jineteadas que falleció en diciembre de 2013 a los 86 años.
Entre otros, habían retratado al caballo El Zorro, el tordillo invencible que, al cabo de 158 domas, no hubo un solo jinete que pudiera permanecer sobre su lomo.
Según reconstruye El Periodista de Tres Arroyos, "en los 82.067 kilómetros que recorrió por siete provincias, incluida la de Buenos Aires, ningún montador fue capaz de someterlo".
El caballo se había criado en la estancia "La Susana", de Micaela Cascallares, tras quedar huérfano a los seis meses. Su dueño era Omar arotti, "El Negro". Llegó a convocar 25.000 personas en una jineteada. El promedio de los que se subían a su lomo era de 2,5 segundos.
El 11 de setiembre de 1983, en Tres Arroyos, el tandilense Carlos Aristegui quiso montarlo. Se había atado al estribo y la caída fue fatal. En 1997, una lesión en la mano del animal precipitó el retiro -invicto- del "Zorro" de los campos de doma. Murió en el campo el 26 de diciembre de 2000, con 28 años y mirando al norte, como todo caballo bueno.
Quién era Mario Ferretti
Mario no era de quedarse mucho tiempo con una misma mujer. Con alguna amiga solía bromear si lo veía bien acompañado: "Esta no es la definitiva, eh".
Con María Elsa decidieron irse a vivir juntos. De su anterior pareja, Sonia, se separó porque se habían instalado en Coronel Dorrego y él extrañaba Tres Arroyos, según sus allegados.

"Era un genio con la huerta, tenía una quinta en la calle Lamadrid", dijo Sonia, quien le agradeció la amistad con su papá, al que Mario solía llevar "de contrabando" a tomar "una copita" al bar.
El caso es investigado por el fiscal Gabriel Lopazzo, de la UFI N° 17 de Tres Arroyos, dependiente del Departamento Judicial Bahía Blanca.
Cómo prevenir intoxicaciones con monóxido de carbono
1. Mantener la ventilación. Siempre dejar una pequeña abertura en las ventanas que permita un mínimo recambio de aire. También hay que instalar rejillas de ventilación fijas -que no se puedan cerrar- en todos los ambientes que tengan artefactos con cámara abierta, y controlar a menudo que nada las esté tapando.
2. Controlar seguido el fuego. De los aparatos sólo deberían brotar llamas de color azul, con extremos transparentes y una geometría uniforme. Si fuese amarilla, anaranjada o roja podría estar produciendo monóxido de carbono. En esos casos, se indica apagar rápido el artefacto y hacer revisar el quemador.
3. Hacer mantenimiento preventivo. Se recomienda que todos los artefactos a gas sean inspeccionados una vez al año por gasistas matriculados. Esto es clave para asegurar que los quemadores funcionen bien y que no haya bloqueos, fisuras o roturas en los conductos encargados de evacuar los gases tóxicos.
4. Después de cocinar, limpiar. Mantener las hornallas limpias de líquidos y alimentos, para evitar que obstruyan los quemadores y que eso genere una mala combustión.
5. Respetar la función de cada aparato. Hay que utilizar cada artefacto solamente para lo que fue diseñado. En ese sentido, un error común y peligroso es usar el horno o las hornallas para calefaccionar.
6. No usar aparatos mal instalados. Calefones, estufas infrarrojas o de llama abierta jamás deben ser instalados en baños, dormitorios y otros espacios cerrados o mal ventilados. En lugares así sólo puede haber artefactos a gas con salida al exterior (tiro balanceado), los cuales -a su vez- no deben dirigir sus gases quemados a otro ambiente cerrado.
¿Dónde se puede conseguir más información, asesoramiento y asistencia sobre este tema?
Hay líneas telefónicas a las que se puede llamar gratis todos los días, las 24 horas, para hacer consultas sobre intoxicaciones:
El 0800-333-0160 del Hospital Posadas (El Palomar, Morón).
El 0800-444-TOXI (8694) del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez (CABA).
El 0800-222-9911 del Hospital Sor María Ludovica (La Plata).
EMJ
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