Polémica por la canonización de una monja de origen judío

Dirigentes de la comunidad judía criticaron duramente a la Iglesia Católica por su decisión de canonizar a la monja de origen judío Edith Stein, lo que ocurrirá hoy durante un oficio religioso que presidirá el papa Juan Pablo II. La religiosa fue asesinada durante la Segunda Guerra Mundial en el campo de concentración de Auschwitz.La Liga Anti-Difamación, con sede en los Estados Unidos, difundió una declaración firmada por su director nacional, el rabino Abraham Foxman, y el director de Asuntos Interreligiosos, rabino León Klenicki, en la que acusa al Vaticano de dar otro paso en el proceso de cristianización del Holocausto.En ese sentido, la entidad considera que la Iglesia Católica pretende mostrar que Auschwitz, el real símbolo del martirio de los judíos, no fue esencialmente un hecho antisemita, la expresión de un total paganismo antisemita nutrido de dos mil años de cristianismo.Por su parte, el Centro Simon Wiesenthal también se opuso y pidió que la canonización se interrumpiera por tiempo indeterminado.La hermana Stein, nacida en 1891 en Breslau, Alemania, se interesó de joven por la filosofía. Y se puso en o con la escuela de pensamiento que hacía furor en aquel momento: la fenomenología. Pero nunca pudo ejercer como profesora universitaria por ser mujer.Apasionada por la búsqueda de la verdad, su conversión al catolicismo sobrevino inesperadamente cuando se quedó a pasar la noche en la casa de unos amigos y comenzó a leer un libro sobre Santa Teresa de Jesús. Y quiso hacerse rápidamente monja carmelita.Años después ingresa en el convento de Colonia. Toma el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz. Más tarde, los nazis detectan su presencia. Stein, para no poner en riesgo a sus compañeras, pide ser trasladada a Holanda junto con su hermana, que también había tomado los hábitos.Pero cuando los nazis ocupan ese país y, ante la protesta de los obispos holandeses por la persecución que sufrían los judíos, los nazis apresaron a Edith y a su hermana y las enviaron a Auschwitz. Ni bien llegaron fueron desnudadas y conducidas a las cámaras de gas.En rigor, las críticas de la comunidad judía se alzaron por primera con fuerza en 1987 cuando el Papa beatificó a Stein, durante una visita a Alemania. La beatificación es el paso previo a la declaración de santidad, condición que hoy la Iglesia le reconocerá a la monja.Tampoco es la primera vez que dirigentes judíos protestan por lo que consideran un intento del Vaticano de diluir el carácter antisemita del Holocausto. Y también de pretender tapar las críticas al entonces papa Pío XII por su supuesto silencio ante el genocidio.Entidades judías levantaron su voz cuando en 1980 se instaló una capilla a cargo de las monjas carmelitas en Auschwitz. Y cuando fue beatificado el sacerdote polaco Maximiliano Kolbe, quien ofreció su vida a cambio de la de un padre de familia judío.En su declaraciones, los de la Liga Anti-Difamación afirman que algunos grupos se apropiaron de Edith Stein como mártir cristiana aun cuando su muerte se relaciona con el hecho central del Holocausto de los judíos. De esta manera, Edith Stein se convierte en un pretexto para los cristianos, cuya Iglesia puede reclamar alguna victimización.Luego se pregunta: ¿Por qué no lo eligieron a Franz JÑgerstÑtter, que era un católico austríaco que fue asesinado por las nazis en 1943 por rehusarse a luchar en el ejército de Hitler. Por qué no un católico polaco que escondió judíos o una sirvienta que tomó a niños judíos como propios?.Abrir los archivosCon todo, la Liga ite que con el papa Juan Pablo II se ganó mucho en la relación entre católicos y judíos, pero hay temas relacionados con el Holocausto que requieren cuidado y la Iglesia debe tomar en cuenta. Lo más notable es la necesidad del Vaticano de abrir sus archivos para poder ver cuál fue el verdadero rol de la Iglesia en este período trágico.En cambio, sostiene que cristianizar el Holocausto es un paso hacia atrás y considera la canonización de Stein como un problema innecesario. Señala que todo comenzó con la instalación de un monasterio carmelita en Auschwitz para dar la idea de que ese campo fue un verdadero martirio cristiano.