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      Un paseo crítico por la realidad argentina

      Una generación, tres artistas. Un hilo común guía las notables muestras de Fermín Eguía, Horacio Zabala y Juan Carlos Romero.

      Redacción Clarín

      Un final a toda orquesta, el de esta temporada artística. Comprimidas por el calendario, las muestras se multiplican en un semillero de expresiones diversas. Tres muestras, recién inauguradas, enhebran este rico panorama: las de Fermín Eguía, Horacio Zabala y Juan Carlos Romero. Disímiles entre sí, tienen sin embargo, una mirada común sobre la lacerante realidad del tiempo presente.

      Entre "citas" de obras fundacionales del arte argentino y los golpes de un año que vio como un gobierno se esfumaba en helicóptero, entre la historia pasada y el presente vivido y sufrido discurre la serie de sutiles acuarelas que Fermín Eguía despliega en la galería Sara García Uriburu con un título unificador: Episodios nacionales.

      Eguía va tras la trama por detrás de las masacres de la conquista del desierto y los sucesos de diciembre; los saqueos a los supermercados y el de la "cautiva" en el mítico cuadro de Della Valle; entre aquellos desembarcos en carreta, allá por 1870 o la furia de los ahorristas en el 2002, los comedores de los tiempos del Hotel de Inmigrantes y los actuales en la Parroquia San Francisco Javier. Ensimismado, la cabeza gacha, Eguía se autorretrata en la gran ciudad, convertida en un vaciadero, mientras una madre clama limosna y detrás, en una vidriera, el loto y la quiniela prometen una esquiva riqueza.

      Entre la figuración crítica y el clima surreal de sus narices inmensas, por toda cabeza, el artista deja lugar al humor y al deseo en la fantasía de amanecer junto a dos desnudos memorables de nuestro arte: los de Eduardo Schiaffino y Eduardo Sívori. "Fantasías de un ocioso", titula estas dos obras que completan un conjunto de impecable factura.

      Gritos. Alaridos de dolor, de protesta. El de las madres de Sarajevo, Palestina o Plaza de Mayo. Muy pocos de alegría o triunfo. Son recortes de diarios o de revistas. Juan Carlos Romero (1931) los viene juntando desde 1975. Tiene cientos encarpetados: el grito como clamor, como explosión. "Resistir es existir", dice el artista. "Resistir para no entregarse al pánico de las tinieblas es mi propuesta para pensar el arte", insiste en el catálogo de esta muestra dividida en dos segmentos: una selección de la serie de "Gritos" y una instalación: "6 minutos, 700 palabras", compuesta por es, seis en total, con textos y una única imagen: la de un cuerpo caído en las escalinatas del Congreso, en la noche del 19 al 20 de diciembre pasados.

      Artista conceptual, Romero concibe la palabra como idea y la idea como acción. Las citas, inicialadas como un acertijo a develar, son apropiaciones de textos ajenos de Joseph Conrard, Fidel Castro, Nesroulah Yous y sendos informes de la ONU y la Presidencia de la Nación. El pánico de las tinieblas, las cifras del hambre que lastiman y la denuncia de un orden mundial injusto forman un único texto que hilvana la convicción de Romero de la protesta y la resistencia desde el arte.

      Treinta años de labor despliega Horacio Zabala (1943) en el Fondo Nacional de las Artes en una muestra antológica que deslumbra por la pureza de su diseño. Como Romero, Zabala es un artista conceptual y comparte con éste un común despuntar en el CAyC a inicios de los setenta. De allí vienen sus ya bien conocidos "proyectos de arquitectura carcelaria", proféticos trabajos que anticipan los años de plomo. Zabala es arquitecto, pero la arquitectura está presente en su obra como código cifrado, como metáforas de una estética y una poética que juega con lo apócrifo.

      Bocetos, planos, perspectivas en papel calco y la maqueta de una vivienda con una joven de sonrisa Odol abriendo la puerta hacia un hábitat soñado. En términos estéticos puede hablarse de ready made al modo duchampiano: objetos que se resignifican en otro espacio. Como las cuidadas cajitas de madera que transforman en suntuoso el conjunto formado por un mapa del subte, una nota-súplica de un mendigo y la estampita sanadora repartida. Ready-made, hecho en Argentina, 2002. Marcel Duchamp aggiornado.

      (Fermín Eguía, Galería Sara García Uriburu, Uruguay 1223, hasta el 20 de diciembre. Juan Carlos Romero. Galería Arcimboldo, Reconquista 761, PA 14, hasta el 12 de diciembre. Horacio Zabala. Fondo Nacional de las Artes, Alsina 673, hasta el 31 de diciembre).


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