"Señorita, permítame ver su bolso". Quien lo pide es un hombre que oficia de personal de seguridad en una farmacia de esas que además de remedios venden caramelos y medias. Es un lugar que invita a la compra, pero que al mismo tiempo convierte en sospechosos a todos los clientes, empezando por esa luz ultrablanca con la que iluminan todo. El hombre no porta armas, pero viste uniforme y eso es suficiente para decirle a una chica que no puede salir sin que él vea lo que lleva en su cartera. "No tengo porqué mostrarle a usted lo que llevo en mi cartera ¿O acaso cree que estoy robando">