Antes de una entrevista de trabajo, la preocupación mayor suele ser qué te van a preguntar y qué vas a responder. Ahí arrancan los nervios: "¿Y si mi respuesta no está a la altura?" "¿Y si me trabo y contesto de manera confusa o insegura?" "¿Y si me preguntan algo que no sé responder?" "¿Y si...?" Sin embargo, en pleno proceso de selección de las diferentes empresas hay otra parte que es fundamental.
¿De qué se trata? De formular las preguntas correctas a tu entrevistador. Aunque muchas veces no se tenga en cuenta, esta es una parte crucial de la preparación de cualquier entrevista de trabajo. Por lo tanto, habrá que aprovechar muy bien el momento en el que el entrevistador diga: "¿Querés hacerme alguna pregunta?".
Esa es la oportunidad que todos tenemos de averiguar si realmente nos gustaría trabajar para esa empresa y si nuestras metas están en sintonía con las de la compañía. Además es el momento de indagar acerca de aquellas características que hacen a las funciones del puesto, detalles, vínculos y todo lo que siempre se quiere saber de la empresa que nos va a contratar pero pocas veces nos animamos a preguntar.