En el marco del Congreso Maizar 2025, se desarrolló el denominado "Sorgo como oportunidad estratégica en el contexto de la guerra comercial de China con los Estados Unidos de América", con la participación de Hernán Viola, agregado agrícola de la Embajada Argentina en China (con sede en Beijing, dependiente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, quien participó mediante un video desde China), y Leandro Pierbattisti, consultor internacional y exasesor de la Federación de Acopiadores.
La moderación estuvo a cargo del Ing. Agr. Fernando Vilella, quien abrió el comentando: “En los últimos años, Argentina logró introducirse en el mercado chino, con los vaivenes que ahora nos contarán los expertos”. Acto seguido, se proyectó el video con las palabras de Hernán Viola.

Panorama comercial argentino en China
Viola comenzó su presentación señalando: “Para tener una idea de los principales proveedores agrícolas de China, podemos ver el gráfico 'Principales importaciones agrícolas de China desde el mundo 2023-2024'. Allí se observa a Brasil como el principal proveedor, con USD 53.228 millones en 2024, seguido por Estados Unidos con algo más de USD 29.000 millones, Tailandia con USD 13.000 millones, Australia con USD 12.700 millones y, en décimo lugar, Argentina con casi USD 6.000 millones exportados en 2024”.
Respecto a los productos exportados por Argentina a China en los últimos dos años, destacó que la carne vacuna ocupa el primer lugar, seguida por la soja, la cebada, productos de la pesca, y en quinto lugar el sorgo, que se ha convertido en un componente importante dentro de la canasta exportadora nacional.

“Para ver de dónde venimos, podemos observar un recuadro en blanco en el mismo gráfico, que muestra cómo se componía en 2010 la canasta exportadora de Argentina a China: el 97% correspondía al complejo sojero. Esta situación ha cambiado significativamente gracias al trabajo conjunto de la Secretaría de Agricultura, el SENASA y la Cancillería, para diversificar nuestra oferta exportadora hacia ese país”.
Además, señaló que incluso en 2023, a pesar de la sequía que afectó a varios cultivos, se logró mantener un nivel relativamente alto de exportaciones hacia China, justamente gracias a esta diversificación.
La activación de la demanda china

Viola también se refirió a los efectos de la fiebre porcina africana en China: “Tras los brotes que redujeron el stock porcino entre un 40% y 45%, el gobierno chino incentivó la inversión en producción. Esto permitió recuperar el stock porcino entre 2019 y 2022, y también impulsó la producción de carne aviar, productos acuícolas, y con ello creció la demanda de granos y subproductos forrajeros, como el sorgo”.
El disertante explicó que el sorgo experimentó un fuerte aumento en las importaciones anuales, con Estados Unidos, Australia y Argentina como los principales beneficiarios. En el último año, Estados Unidos se mantuvo como el mayor proveedor, con el 65% del mercado, seguido por Australia y luego Argentina.

Actualmente, la producción local de sorgo en China se sitúa entre 3 y 3,5 millones de toneladas, mientras que el consumo estimado está entre 9 y 11 millones, por lo que el país debe importar entre 5 y 8,5 millones de toneladas anualmente, según la variación del consumo animal. Estas diferencias suelen cubrirse con importaciones que incluso se almacenan como stock para el año siguiente.
El sorgo en China se destina en un 70% al consumo animal y en un 28% a la producción de destilados, especialmente licores tradicionales como el baijiu (licor blanco chino), manteniéndose esta demanda entre 2 y 2,5 millones de toneladas.
Efectos de la guerra comercial
Entre enero y marzo de este año se observó una aceleración en las compras de sorgo estadounidense, ya que los importadores se anticiparon a las posibles consecuencias del conflicto con China. En ese período, se movieron aproximadamente 800.000 toneladas. Argentina se ubicó en segundo lugar en el gráfico “Crecimiento de las importaciones de sorgo 2018–2024 (en valor)”.
Viola señaló que, entre octubre de 2024 y septiembre de 2025, se prevé una demanda sostenida en torno a los 10 millones de toneladas. Dado que la producción local estará por debajo de los 3,5 millones, las importaciones se estiman en aproximadamente 7,1 millones de toneladas.

“Estas son estimaciones máximas que muchos analistas revisan considerando el conflicto comercial. Con Estados Unidos como proveedor principal, se observa cómo podría evolucionar el abastecimiento por parte de países alternativos como Australia, Argentina y, más recientemente, Brasil, que ya está habilitado como exportador”.
Respecto a los precios, Viola mencionó que el sorgo local en China suele cotizar más alto que el importado: el precio promedio interno ronda los USD 382/tonelada, mientras que el sorgo australiano llega a USD 333/tonelada, el argentino a USD 310/tonelada y el estadounidense, afectado por un arancel del 22% (vigente por un período de 90 días), presenta precios variables.
Pierbattisti: “China ya está armada para esta guerra comercial”
En su presentación, Leandro Pierbattisti remarcó que China hoy está mucho mejor preparada para una guerra comercial que en 2018:
“China está muy bien abastecida, gracias a una política agresiva de producción y, más recientemente, a la autorización de los cultivos OGM. La situación actual no se puede comparar con la de 2018: hoy China tiene otra estructura productiva”.

A modo de ejemplo, citó que entre enero y abril de este año las importaciones de sorgo estadounidense cayeron de 2,3 millones de toneladas a apenas 80.000. “Desde febrero, China no importó más sorgo desde EE. UU. debido al arancel del 125%, que llegó incluso al 145%, aunque por poco tiempo. Argentina aprovechó la situación, aumentando sus exportaciones un 200%, aunque todavía llega más tarde que Australia, que colocó 400.000 toneladas en ese período”.
Pierbattisti también advirtió: “China es un mercado importantísimo para nosotros, pero el problema es que no tenemos otro destino. Nuestro precio depende de lo que compre China. El spread entre el maíz y el sorgo en el puerto Up-River se vuelve positivo cuando las exportaciones están activas. En 2022–2023 exportamos apenas 600.000 toneladas, muy por debajo de las 2,3 millones de 2021–2022 o las 2 millones de 2019–2021, que fueron fruto de un excelente programa de cooperación público-privada”.
Por último, Pierbattisti subrayó que la competencia se da tanto en condiciones comerciales como técnicas: “Competimos con especificaciones de compra muy detalladas. Los países que venden a China adaptan su mercadería a sus estándares: peso hectolítrico, humedad, presencia de cuerpos extraños. Australia pasó de vender 600.000 toneladas a 2 millones sin ningún inconveniente. Estados Unidos y Australia trabajan con estándares calcados de lo que exige China. Nosotros también tenemos que estar a esa altura”.
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