Ya sea en una reunión, una fiesta de fin de año o una celebración especial, el lechón asado es siempre protagonista de un ritual que combina el sabor inconfundible de la carne con el arte del asador.
A diferencia del horno, la parrilla le da al lechón un toque ahumado irresistible, con una piel crocante que cruje al cortarla y una carne jugosa que se deshace en la boca. Para lograrlo, la parrilla debe estar a unos 20 centímetros, con las brasas encendidas. Cuando está cocido, para darle crocancia, se lo da vuelta y se lo cocina una hora más.
Ingredientes
- 1 lechón de 8 kilos
- Ají molido, orégano, sal entrefina
- Romero y dientes de ajo, a gusto
Preparación
Paso 1
Adobar el cerdo con las especias, salar. Hacer incisiones en las patas e introducir los dientes de ajo pelados. Tratar de introducir las ramas de romero en la zona de las costillas.
Paso 2
Preparar las brasas y bajar la parrilla a 20 centímetros de la misma.
Paso 3
Colocar al cerdo con el cuero hacia arriba y dejarlo por cinco horas.
Paso 4
Darlo vuelta y cocinar hasta dorar el cuero, aproximadamente una hora.
Tips
Pintarlo con una salmuera con hierbas y dejarlo descansar unas horas antes de llevarlo al fuego.
Mientras se cocina, ir pincelando con una mezcla de limón, aceite y ajo, o incluso una cerveza o vino blanco suave, para mantener la carne hidratada y aportar sabor.