En las espinacas con salsa blanca la suavidad de la bechamel resalta el sabor de las espinacas, logrando una preparación versátil que puede servirse como guarnición o incluso como relleno para tartas, empanadas y pastas. Es una preparación ideal para acompañar carnes o como plato principal vegetariano.
Ingredientes
- 50 g de harina 0000
- 70 g de manteca
- 600 ml de leche
- Nuez moscada, a gusto
- 2 paquetes de espinacas
- 200 g de queso rallado
- 100 g de migas de panko
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta, a gusto
Preparación
Paso 1
En una cacerola sobre el fuego, fundir la manteca e incorporar la harina, revolver con cuchara de madera hasta formar un roux y cocinar por 4 - 5 minutos.
Paso 2
Agregar de a poco la leche fría, revolviendo con batidor de alambre constantemente para que no se formen grumos hasta que la leche llegue a punto de ebullición, cocinar por 5 minutos más.
Paso 3
Condimentar con sal, pimienta y nuez moscada. Apagar el fuego e integrar el queso de rallar.
Paso 4
Cocinar las espinacas bien lavadas en una cacerola con aceite de oliva y un ajo aplastado, sal y pimienta, tapar la cacerola y revolver de vez en cuando hasta que las hojas estén marchitas, retirarlas de la cacerola, picarlas sobre una tabla y mezclar con la salsa blanca.
Paso 5
Disponer en una fuente para horno y mesa. Cubrir la preparación con una mezcla de migas de pan, aceite de oliva y queso rallado al momento de servir gratinar en el horno a 180 grados.
Tips
Escurrir bien las espinacas para evitar que liberen demasiada agua en la salsa.
Se pueden agregar champiñones salteados, panceta crujiente o frutos secos tostados para un contraste de texturas y sabores.