“Haber perdido la Presidencia fue peor que perder el brazo. Experimenté la misma sensación del accidente pero esta vez no tuve ganas de salir ni a nadar”, reveló ayer Daniel Scioli a Clarín sobre la derrota electoral del último 22 de noviembre.
Era la primera vez que se refería al impacto del resultado electoral. Y esa cruda definición también fue compartida la noche anterior a la entrevista con Clarín con un grupo de amigos.
Esa confesión a sus íntimos fue durante una cena. Su hija Lorena lloró sobre el plato. La derrota, le dijo Scioli, fue su segundo accidente.
El ex gobernador lo cuenta mientras camina por la Bristol, una de las playas céntricas de Mar del Plata, por el camino que dejan libre los guardavidas. Los turistas salen de sus sombrillas. Sólo de una llega un insulto en forma de pedido: “Pagale a los docentes”.
Y de otra, un comentario: “También aplaudíamos a Menem, eh, no se olviden”. El resto es abrazo, aliento y pregunta: “¿Qué nos pasó, Daniel">