Horacio Rodríguez Larreta reivindica su campaña del “olor a pis” y piensa en una nueva alianza para 2027

En cualquier chat de Whatsapp existe una variante alternativa para expresar sentimientos, más allá de los múltiples estados de ánimo que se pueden utilizar. Hay una carita que se identifica con una leve sonrisa con el labio apenas desviado hacia arriba, casi cómplice, o que denota cierta satisfacción después de una maldad que terminó teniendo éxito.

Días después de la elección porteña, hay un candidato que sonrió en público además de Manuel Adorni, más allá de que el 8% de votos que sacó pueda motivar interpretaciones ambiguas sobre cuán exitosa fue su performance: Horacio Rodríguez Larreta.

Fue viral la imagen del ex jefe de Gobierno porteño con las manos en las orejas imitando el Topo Gigio que hace casi 25 años Juan Román Riquelme le hizo a Mauricio Macri.

En charlas entre amigos posteriores a la elección, Larreta jura que no fue a propósito el gesto y que no lo direccionó hacia nadie en particular. "Horacio es de Racing, jamás pensaría en hacer un gesto tan bostero", resume alguien que lo siguió en la campaña.

Además de la imagen, se difundieron videos y audios donde ironizaba sobre la gestión de Jorge Macri: "Le dimos una calesita y el boludo la chocó", decía la canción, en su tramo más agresivo.

El piso del 8% con "todos votos propios"

Quienes conversan frecuentemente con Larreta lo ven contento por haber empezado una suerte de resurgimiento después de lo que fue su fallida candidatura presidencial en 2023. Interpreta que el 8%, además de asegurar su banca como legislador y otras dos más, le sirve como plataforma para reconstruirse. Y que los votos, esta vez, "son todos de él, y de nadie más".

No fue la mejor elección que imaginó el ex jefe de Gobierno, pero tampoco la peor, ya que compitió con una estructura muy chica e impulsando una cuarta vía frente al PRO, La Libertad Avanza y el peronismo.

"Hubo días que nos despertábamos pensando que sacábamos cinco puntos, y otros quince. Lo ideal era llegar a los dos dígitos, pero después de Adorni, el único candidato que puede festejar por los resultados de la elección porteña es Horacio", comentan quienes trabajan en las oficinas palermitanas donde intenta reconfigurarse como dirigente para volver a aspirar a gobernar la Ciudad que gestionó de 2015 a 2023.

Cerca de Larreta aseguran que el principal éxito de la campaña para legislador fue instalar en la agenda la idea del "olor a pis" que, creen, afectó notablemente la performance electoral del PRO.

"El tema entró, sin dudas, pero no todos los votos terminaron yendo para Horacio", comentan sobre el rédito que significó en la elección y argumentan que Adorni terminó llevándose votos a partir de ese slogan que ellos instalaron.

La expectativa de competir en dos años

Larreta ya blanqueó en el debate y en varias oportunidades más que su lanzamiento como candidato a legislador apunta a fortalecer sus aspiraciones a la jefatura de Gobierno en 2027.

En ese intento, quienes armaron su campaña aseguran que desde su espacio van a dejar pasar el turno electoral nacional de octubre para pensar en construir la candidatura en dos años.

En el mientras tanto, con tres legisladores más otros dos que arrastra de la antigua Legislatura, consideran que van a tener peso propio a nivel porteño para sacar adelante leyes importantes.

Pensando en la contienda ejecutiva, los 8 puntos de Larreta resultan codiciados para quienes quieran construir una alternativa competitiva a La Libertad Avanza, que en esta legislativa fue la fuerza más votada.

Ahí es donde resurge la posibilidad de rearmar un Juntos por el Cambio local, tal vez con el PRO, más el radicalismo de Martín Lousteau y la Coalición Cívica de Elisa Carrió, por ejemplo, en un escenario, tal vez, con PASO, una herramienta que él valora. Entre esas cuatro fuerzas -Larretismo incluido-, se tocan casi los 30 puntos porcentuales y se puede pensar en llegar a un balotaje contra los libertarios o el PJ en una elección de tercios.

Por ahora, son apenas especulaciones. Internamente, Larreta no está del todo convencido en volver a sentarse a conversar con una fuerza como el macrismo, a la que cuestionó abiertamente en la campaña. También tiene claro que quizás esa posibilidad haya pasado de largo ya este año. E incluso, que ni siquiera le interese intentar reflotarla porque atentaría con su leitmotiv de empezar de cero para, por ahora, alcanzar un ocho.