Xiushui Jie.
El mercado de la seda es una de las principales atracciones turísticas de Beijing, detrás de la Ciudad Prohibida. Hace tiempo que la especialidad en seda desapareció y sus cinco pisos y dos subsuelos fueron copados por centenares de puestitos que se dedican a una de los producciones chinas más aclamadas en el mundo: las falsificaciones.
Un hormiguero de turistas recorre los pasillos a la busca de marcas a un décimo de su valor original. Si la calidad del producto resulta ser, digamos, la mitad de bueno que el real, pues ya se habrá hecho negocio.
Parte importante del entretenimiento es el regateo de precios. Las chicas que atienden los stands, están atentas a donde uno posa la mirada y se lanzan al ataque en inglés, español, italiano, cocoliche, lo que sea. “Lady, bonita, zapato balato, carteras, ¿which one you like">