Desde la llegada de Donald Trump al poder impera un fuerte nerviosismo en el régimen de Nicolás Maduro. El reciente rescate de los cuatro colaboradores de María Corina Machado que seguían asilados en la residencia argentina en Caracas -una ya se había fugado hace meses- agitó más las aguas.
Ahora, el Gobierno argentino, que no pudo ser parte de ese operativo bautizado por la oposición venezolana como Guacamaya, depende de las gestiones secretas que está encabezando Estados Unidos para liberar a varios presos extranjeros en Venezuela, entre ellos el Gendarme argentino Nahuel Gallo.
Esas operaciones, como ocurrió con los asilados, implican una fuerte presión, amenazas, intermediarios que sobornan y acción. En particular, confiaron altas fuentes a Clarín, un equipo asignado por el secretario de Estado, Marco Rubio, se encuentra presionando para que Maduro libere a once presos políticos extranjeros de entre unos casi treinta que mantiene el régimen entre rejas: son unos nueve estadounidenses -en diciembre liberaron cinco- un israelí y el gendarme argentino.
La ministra Patricia Bullrich planea volar a Estados Unidos a fines de mayo y seguir desde cerca el estado de situación, que podría dar sorpresas de un momento a otro como ocurrió finalmente con los asilados que estuvieron más de año en la residencia argentina en la capital venezolana. El de Bullrich es un viaje que tenía pensado para abril, pero la muerte del Papa Francisco hizo que lo postergara porque la ministra viajó con la delegación de Javier Milei para los funerales en Roma del 26 de abril pasado.
La amenaza de que podría haber una incursión mayor si no se liberan a esos once es bien conocida por Buenos Aires, cuyas negociaciones llevaba hasta hace poco Ricardo Ferrer Picado. Hoy, la situación es muy confusa porque la Cancillería no tiene capacidad alguna para llevar la cuestión Venezuela, desde que el canciller Gerardo Werthein desmanteló el área que llevaba los asuntos regionales. En su momento puso al titular de Cascos Blancos, Eduardo Porretti, al frente del tema venezolano teniendo en cuenta que fue encargado de negocios con Mauricio Macri en Venezuela, pero el chavismo no le permitió ni la entrada al aeropuerto en un último viaje que hizo.
Bullrich y Ferrer Picado le habían pedido a Rubio por el gendarme apenas fue detenido, pero esperaban la asunción de Trump. No pudieron meterlo en el grupo de cinco estadounidenses liberados en diciembre pero ahora lo incluyeron en la del nuevo grupo de once.

Según informaron los jefes de Gallo en Gendarmería, el joven efectivo -tiene 34 años- viajó con permiso y en licencia por vacaciones a Colombia en diciembre pasado con la intención de visitar a su pequeño hijo argentino y a su pareja María Alexandra Gómez, quien vive en Venezuela hace meses, y de donde es oriunda.
Desde Colombia cruzó por tierra a Venezuela, a través del Puente Internacional Francisco de Paula Santander, lo que para su condición de miembro de una fuerza de seguridad era por demás riesgoso. Fue detenido el 8 de diciembre pasado, fue acusado de “espía” de integrar “un complot” internacional y desde entonces permanece totalmente incomunicado. Sólo se conocieron de él, como prueba de vida, unas fotos vestido de preso y caminando con otros detenidos y un breve video.
El viernes hubo importantes novedades con las que el régimen quiere mostrar “buena voluntad”. La organización no gubernamental conocida como Foro Penal informó que el gobierno de Maduro permitió a algunos presos incomunicados hablar por primera vez con sus familiares en el exterior. Así lo había confirmado antes desde Roma, la cancillería de Giorgia Meloni, al contar que el Alberto Trentino, un voluntario italiano que está preso hace 181 días, pudo hablar con su familia. Italia estuvo muy cerca de la salida de los asilados de Machado en la residencia argentina.
Clarín se comunicó con la familia del Gendarme, en Catamarca y con su pareja en Venezuela y aseguran que no hubo comunicación alguna con él. En su momento, el ex embajador en Venezuela del kirchnerismo, Oscar Laborde, y el dirigente social, Juan Grabois, le mandaron una carta a Nahuel de su mamá y nada más se supo de ello.
Clarín supo que la familia tuvo un insólito inconveniente con la Gendarmería que ya se regularizó sobre la permanencia de la paga y la casa al gendarme argentino en su país.
El presidente del Foro Penal, Alfredo Romero contó que “luego de varios meses incomunicados y sin conocer su paradero, esta semana algunos presos extranjeros en el Rodeo 1 se han comunicado vía telefónica con sus familiares.” Se ha dicho que Gallo está también en El Rodeo, una de las más duras cárceles de Venezuela y donde están recluidos la mayoría de los extranjeros acusados de ser mercenarios o terroristas, dos señalamientos genéricos que emplea el chavismo para justificar detenciones.

A mayo de este año, se estima que la dictadura venezolana tendría más de 890 presos políticos, militares, civiles, entre ellos adolescentes y casi 30 extranjeros de diversas nacionalidades. Uno sólo es argentino, Nahuel Gallo.
Afirman en Caracas, que Maduro -a quien se les fueron los asilados cuando estaba en pleno vuelo a Rusia para visitar a Vladimir Putin- está furioso con Diosdado Cabello, ministro del Interior y Justicia. Afirman que Cabello, una de las caras más mediáticas de la línea dura del régimen, no puede darle explicación aún a Maduro cómo se fueron los asilados.
Cabello insiste con que hubo “negociación” con Washington, el anti chavismo con que los humillaron y se fueron. Una tercera línea dice que Cabello podría estar negociando un futuro menos duro que el que le espera en los Estados Unidos -acusado como la cabeza de un narco estado- si se desmorona la dictadura, que en estos días se encuentra en una inmensa ola de rumores.
Afirman también que a las presiones de Washington se suma la oferta de Nayib Bukele de intercambiar venezolanos que Trump deportó a El Salvador por presos extranjeros en Venezuela, entre los que incluyó a Gallo. Pero las negociaciones, como el operativo para sacar a los asilados hacia Estados Unidos -Claudia Macera– no estaría en territorio estadounidense, las llevan funcionarios y agentes estadounidenses, y no otros.
Sobre la firma
Newsletter Clarín
Recibí en tu email todas las noticias, coberturas, historias y análisis de la mano de nuestros periodistas especializados
QUIERO RECIBIRLO