En sesiones casi simultáneas en la Legislatura bonaerense, el Senado y Diputados convirtieron en ley el nuevo cronograma electoral en la provincia y de ese modo Axel Kicillof logró imponer el calendario que pretendía luego de adelantar los comicios al 7 de septiembre, lo que había sido motivo de fricción a cielo abierto con Cristina Kirchner. Con acuerdos con la oposición, el proyecto fue sancionado este lunes con un trámite exprés.
Como anticipó Clarín, saldado este capítulo de la disputa interna en el peronismo, la Legislatura se disponía a aprobar el mismo día las nuevas fechas para la elección bonaerense. El 9 de julio será el límite para la presentación de alianzas y el 19 del mismo mes, el de listas. El 8 de agosto es el deadline para la oficialización de las boletas que competirán un mes más tarde.
La reforma establece un mínimo de 50 días entre la definición de listas y la jornada electoral y 30 días desde la oficialización. En lo formal, el objetivo se definió en facilitar la organización de las elecciones: la Provincia tiene un sistema enorme y complejo que debe reaccionar para el adelanto. Pero las razones también son políticas: separar los cierres y la campaña bonaerense lo más que se pueda de la nacional.
Cristina Kirchner, al frente del Partido Justicialista, escaló la rivalidad con el gobernador para resistir su idea de desdoblar las elecciones. Incluso analizó ser candidata a un cargo bonaerense ante la movida de Kicillof, una postulación ahora en stand-by ante la caída de la votación de Ficha Limpia en el Congreso, que le dejó la puerta abierta a la ex presidenta condenada por corrupción en segunda instancia para volver a competir por cargos nacionales.
Con orden a La Cámpora, la presidenta del PJ ya había cedido para extender el plazo entre la presentación de las listas y el día de votación, y el escenario quedó despejado para que la Legislatura avanzara en la dirección que se concretó este lunes. Los integrantes de la Junta Electoral, encabezada por la titular de la Corte Suprema bonaerense, reclamaban para reforma para contar con más tiempo para validar a unos diez mil candidatos, imprimir las boletas y distribuirlas. En su proyecto para suspender las PASO, Kicillof reclamaba anticipar 70 días esa fecha.
Luego de una reunión con los de la Junta, los referentes kirchneristas avalaron la modificación. Teresa García, senadora provincial alineada con la ex presidenta, presentó un proyecto para que el cierre de listas fuera el 19 de julio y la presentación de las boletas 30 días antes y no 20 como disponía la ley vigente. Hubo un punto intermedio. Y tuvo apoyo también de la oposición.
"Por más de dos tercios es ley el establecimiento del nuevo calendario electoral en la provincia de Buenos Aires para las elecciones de este año", posteó Alexis Guerrera, titular de la Cámara de Diputados provinciales, una vez sancionado el proyecto.
"Ya está, se terminó el sainete venezolano", ironizó un referente kirchnerista en el principal distrito del país. "El gobernador no se puede quejar, tiene todo lo que le concedió Cristina. Ahora hay que organizar bien la elección y ganar", metió presión. La próxima pulseada será en la previa al cierre de listas.
Desde ambos sectores -y también entrará en la discusión Sergio Massa-se preparan para una negociación dura que no estará exenta del riesgo de una ruptura, aunque a la vez son conscientes de que el peronismo quedará obligado a evitar la división para aspirar a un triunfo en su bastión electoral.
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