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      ADEPA alertó sobre los “riesgos” de la “apelación al odio” de Milei y sus funcionarios contra los periodistas

      • Lo hizo ante los reiterados dichos del Presidente, algunos funcionarios y numerosos militantes para sembrar el odio contra periodistas.

      ADEPA alertó sobre los "riesgos" de la "apelación al odio" de Milei y sus funcionarios contra los periodistasJavier Milei, Karina Milei y el vocero presidencial Manuel Adorni, en un acto en Lugano. Foto Santiago García Díaz.
      Redacción Clarín

      La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) alertó sobre el "riesgo para la sana convivencia democrática" que representa la apelación al odio por parte del presidente Javier Milei y sus funcionarios contra periodistas.

      Si bien el Presidente hostiga y estigmatiza cotidianamente al periodismo y a un grupo muy amplio de periodistas, se trata de una metodología oficial que escaló durante las últimas semanas, desde que Milei planteó que con todo eso no alcanzaba y que era necesario potenciar el odio, ya que "la gente no odia lo suficiente a los periodistas".

      Por ello, este miércoles ADEPA difundió un comunicado, bajo el título "Criticar sin apelar al odio".

      Allí planteó que, "en los últimos días, la libertad de expresión y la labor periodística han sido objeto de debate público. El presidente, algunos funcionarios y numerosos militantes vienen reiterando una apelación al 'odio' contra los periodistas que entendemos puede ser riesgosa para la sana convivencia democrática".

      "Sin duda la libertad de expresión nos incluye a todos. Desde el ciudadano común hasta el político más encumbrado, desde el juez hasta el acusado, desde el artista hasta el periodista. ADEPA siempre ha defendido la libertad de expresión como un derecho de todos, tal como marca la Constitución Nacional. A su vez, también hemos reiterado que el periodismo tiene una función específica en la sociedad", sostuvo la entidad que nuclea a los medios impresos y digitales de todo el país.

      Y agregó: "Aunque algunos digan que es una mera actividad económica, las democracias liberales de Occidente le confieren un papel constitucional: examinar al poder, auditar la cosa pública, facilitar el a la información, favorecer el debate argumentado. No es un privilegio, ni siquiera una exclusividad. Cualquiera puede hacerlo y las nuevas tecnologías han bajado las barreras para ello. Pero hacer periodismo requiere más que repetir eslóganes, elevar la voz y multiplicar agravios".

      La Asociación destacó que "el oficio periodístico está lleno de profesionales que se arriesgan en territorios tomados por el narcotráfico, que sufren represalias por desnudar la corrupción o un negociado, que se exponen físicamente para cubrir una emergencia o un hecho de inseguridad. Por ese trabajo, por esas caras, conocidas y anónimas, la sociedad puede tener una base común para el diálogo social y para abordar los problemas".

      "Como ha dicho ADEPA, nadie tiene infalibilidad. Los medios y los periodistas cometemos errores, y damos cuenta de ellos todos los días. La audiencia nos somete a prueba, nos exige correcciones y nos obliga a mejorar para volver a elegirnos. Ser criticados, debatidos y replicados es parte de nuestro trabajo. Y bienvenidas sean las nuevas herramientas que hay para auditarnos.

      "Pero una cosa muy distinta es apelar al odio. Un odio que ha sido dramático en nuestra historia. Un odio que es la antítesis de la convivencia pacífica. Un odio que por su propia definición invita a excluir al otro, llegando a augurar su desaparición, en este caso como profesión", añadió el comunicado de ADEPA.

      Y concluyó: "Pero el periodismo no va a desaparecer mientras alguien quiera que le cuenten lo que otros no quieren que se sepa. Podrán cambiar los medios, los lenguajes y las tecnologías. Podrán sumarse nuevas generaciones de comunicadores de los más diversos estilos. Pero las audiencias seguirán buscando estar informadas. Y para eso estamos".

      Informe sobre libertad de prensa

      ADEPA ya había advertido sobre los ataques contra el periodismo, a mediados de marzo pasado, cuando difundió su informe semestral sobre Libertad de Prensa. Ese informe expresó preocupación por la escalada de agravios hacia periodistas y voces críticas desde sectores del poder, alertando sobre los riesgos de la violencia verbal y digital. En este sentido, enfatizó que cualquier forma de hostigamiento contra la prensa atenta contra la dinámica democrática y puede generar un efecto de autocensura.

      "Lo más preocupante en lo que va de la actual gestión gubernamental es la pulsión del Presidente al agravio a periodistas y a voces críticas en general. Todo funcionario tiene derecho a criticar, refutar o rechazar, aun con vehemencia, las opiniones o el trabajo periodístico, pero no debe insultar o imputar delitos de manera generalizada, sin dar precisiones sobre hechos ilegales de los que supuestamente tiene conocimiento. La libertad de expresión no tutela el agravio", sostuvo ADEPA, en su informe de Libertad de Prensa.

      Y agregó: "Los funcionarios, y sobre todo un presidente, no pueden incurrir sistemáticamente en el insulto, ya que este se encuentra en el límite que separa al intercambio de ideas de la violencia física. Los agravios presidenciales ponen en riesgo a los periodistas que los sufren y son un instrumento posible de la intimidación y de una consecuente autocensura".

      Además, la entidad que representa a los medios impresos y digitales destacó que "la violencia verbal de las milicias digitales contra periodistas es una derivación natural del hostigamiento discursivo de funcionarios. Esa violencia es una herramienta para inhibir el trabajo periodístico y puede estimular el paso de los dichos a los hechos".