Aldana Belén Muñoz, la joven que degolló a sus dos hijos y luego intentó quitarse la vida de la misma manera, fue sentenciada a 20 años de cárcel por el Tribunal de Juicio de la ciudad de Mercedes, Corrientes. “El dolor y la conciencia que hoy tiene Muñoz constituyen una pena natural que la acompañará de por vida. Ese es un elemento que no hemos podido obviar”, sostuvo uno de los jueces al comunicar la pena que deberá cumplir la mujer.
En la audiencia de cesura de pena que se realizó este jueves, la fiscal Clara Belén Arrúa pidió que se le impusieran 35 años de prisión a Muñoz; mientras que la defensora oficial Julieta Lacroze solicitó ocho años, el mínimo previsto para el delito de homicidio calificado por el vínculo mediando circunstancias extraordinarias de atenuación por el cual la habían sentenciado el lunes.
Jorge Alberto Troncoso, Juan Manuel Ignacio Muschietti y Ramón Alberto Ríos decidieron que la pena impuesta sea cumplida en la Unidad Penal 10 del Servicio Penitenciario, Área de Seguridad del Hospital de Salud Mental “San Francisco de Asís” de Corrientes.
El Tribunal mencionó la falta de antecedentes penales, la colaboración de Muñoz durante la investigación, y su situación social, económica y educativa como factores relevantes al momento de dictar la pena.
Troncoso detalló que para arribar a esa pena se tuvo en cuenta la capacidad de comprensión de la criminalidad del acto, disminuida en razón del trastorno mental transitorio incompleto, descartando el accionar a sangre fría que expuso la fiscal Arrúa.

“La ley nos obliga a tener en cuenta las condiciones personales de la acusada, su escasa instrucción y condiciones de vida y socioculturales, como la actitud posterior al hecho. No ocultó nada, no tiene antecedentes”, detalló Troncoso. “No hemos tenido todas las herramientas que se podrían haber tenido para resolver un caso tan complejo”, agregó. “Hoy Muñoz está consciente, lo que implica una pena natural que la va a acompañar toda su vida. Ese es un elemento que hemos tenido en cuenta y no hemos podido obviar (…) al igual que su idea suicida y autodestructiva”.
Muñoz está detenida desde el 15 de noviembre de 2023, luego que le cortara el cuello a sus dos hijos, Dylan Damián Maciel (8) y Sofía Belén Maciel (5) mientras dormían en su casa del barrio Santa Rosa, en Curuzú Cuatiá. El crimen ocurrió en horas de la mañana pero recién se conoció al anochecer, cuando familiares llegaron a la casa y se encontraron con la mujer ensangrentada y pidiéndoles que hicieran silencio porque sus hijos dormían.
Muñoz estaba sola con sus hijos porque su esposo estaba trabajando en un campo. La pareja atravesaba una crisis a causa de una supuesta infidelidad y los jueces dijeron que existen indicios de que la mujer era víctima de violencia de género pero no del tipo físico. En ese sentido, recordaron que meses antes el hombre había amenazado con quitarse la vida y desde el campo le mandó a su pareja la foto de una soga con un lazo.
La defensora de Muñoz buscó probar con testimonios de psicólogos y psiquiatras que la mujer cometió el doble filicidio bajo un trastorno mental transitorio completo, buscando con ello la inimputabilidad.
Los jueces dijeron que en el caso se advirtieron actos preparatorios por parte de Muñoz. A una amiga con la que compartía un culto, le pidió que no fuera más a su casa y que dejaría de concurrir al templo. Posteriormente cerró todas sus redes sociales y eliminó la foto de perfil que tenía en su WhatsApp.
Según los profesionales en salud mental que intervinieron, la mujer quería quitarse la vida a causa de una relación conflictiva con su pareja. Algunos testigos hablaron de celos mutuos. La noche anterior al hecho, Aldana le envió una serie de mensajes al padre de sus hijos, pero los borró antes que el hombre pudiera verlos, al día siguiente. Y lo bloqueó para cortar la comunicación.
Para los jueces, Muñoz “no pudo manejar en su psiquis debilitada” la conflictiva situación con el padre de sus hijos. Destacaron lo complejo del caso y destacaron que la imputada sufrió un trastorno mental transitorio, que no deja secuelas.
Los jueces destacaron los testimonios de la madre y una hermana de Aldana, quienes recordaron que ésta les pidió perdón por lo que había hecho. Y les dijo “yo también me tenía que morir, me tenía que ir con ellos”. Para el Tribunal “eso nos habla de un estado de consciencia”.
Indicaron que la imputada tomó la decisión de matar a sus hijos con la “idea delirante de no saber con quién iban a quedar si ella se quitaba la vida”.
“Aldana comete los asesinatos y se queda muchas horas (junto a los cuerpos), no esconde el arma ni modifica la escena. Incluso se acostó junto a sus hijos”, destacó Troncoso. Y sostuvo que los hechos posteriores al ataque demuestran que actuó bajo una consciencia obnubilada.
SC
Sobre la firma
Newsletter Clarín
Recibí en tu email todas las noticias, coberturas, historias y análisis de la mano de nuestros periodistas especializados
QUIERO RECIBIRLO