Aunque parezca contradictorio, a pesar de que vivamos en una época donde las empresas crean nuevas estrategias de marketing para singles, el amor tomó diferentes formatos. Pareciera que está todo planteado para poder vivir libremente. Sin embargo, sigue circulando socialmente una estructura tradicional que nos sigue haciendo creer que estar en pareja es el "estado ideal".
Más allá de su desarrollo personal y/o profesional, muchas mujeres entre los veinticinco y cuarenta años de edad, tienen una fuerte necesidad de estar en pareja y formar una familia como símbolo de completud.
Nosotras enfocamos el amor de una manera diferente a los hombres. ¿Por qué? Uno de las causas es que, al nacer, nuestro mundo emocional pasa exclusivamente por el vínculo materno. También le pasa al varón, pero la diferencia es que, a medida que crecemos, cerca de los dos años, comenzamos a imitar en todo a nuestra idealizada mamá, intentando de esta forma armar nuestra identidad, profundizando la cercanía a ese vínculo. Así, terminamos asociando la intimidad con la seguridad, el bienestar y el apego.
Esta asociación puede permanecer de alguna manera oculta o camuflada a través del tiempo, al miedo al rechazo o al abandono. Entonces, estar soltera es visto más como un castigo, como la imposibilidad de ser querida. Como consecuencia, muchas veces, terminamos en la elección de pareja por necesidad, más que por deseo.
Dormir sola
El "síndrome de la cama vacía" tiene que ver con la sensación de desprotección, tristeza, soledad asociada al dormir sola. Este síndrome pasa por diferentes etapas:
1) Atrapada sin salida. Enredada en los mandatos sociales, en tus creencias, te llenas de tantos sentimientos negativos como de preguntas: "¿Seré muy selectiva">