Redacción Clarín
Había disparadores. Había preguntas. Había una idea. Pero la frescura se impuso con la fuerza del entusiasmo y los planes se desarmaron en un sinfín de confesiones que hubieran sorprendido y descolocado hasta el más atrevido y abierto de los varones. "¿Por qué aceptamos ser amantes, ser la segunda">