El Tribunal Supremo del Reino Unido desató una polémica al sentenciar que "las mujeres transgénero no son legalmente mujeres". No es ninguna novedad que el derecho a la identidad de género está siendo cuestionado en un contexto mundial de avance de grupos conservadores y de extrema derecha que buscan imponer el regreso al binarismo sin matices. Pero lo particular que tiene este caso es que quienes impulsaron la causa en la Justicia son mujeres que se dicen feministas o, al menos, que defienden los derechos de las mujeres.
“Los términos mujer y sexo en la Ley de Igualdad de 2010 se refieren a una mujer biológica y a un sexo biológico”, escribieron los jueces. Las mujeres transgénero ya no podrán ocupar ciertos cargos reservados para mujeres. Es lo que pedía el grupo For Women Scotland (Por las Mujeres Escocia, FWS), que recurrió la Ley de Representación de Género en Organismos Públicos de 2018.
“La Ley de Igualdad protege a todas las personas trans contra la discriminación basada en la Reasignación de Género, y continuará haciéndolo”, aclaró el Tribunal. De todas formas, la sentencia generó un amplio repudio en grupos que apoyan los derechos de las personas transgénero. Aseguraron que obliga a las mujeres trans a seguir siendo hombres contra su voluntad. Otra consecuencia del fallo podría ser la prohibición del ingreso de las mujeres trans a espacios reservados para mujeres, como baños y vestuarios.
J.K. Rowling, la millonaria y reconocida autora de la saga de Harry Potter, festejó eufórica la sentencia. “Han sido necesarias tres mujeres extraordinarias y tenaces, con un ejército detrás suyo, para que este caso fuera escuchado por el Tribunal Supremo y, al ganar, han protegido los derechos de mujeres y niñas por todo el Reino Unido”.
¿Oponerse a los derechos de las personas trans significa defender a las mujeres? Rowling había donado 80 mil euros a FWS para que lleve su lucha a los tribunales. Su postura es conocida, desde hace años apoya la idea de que "las mujeres trans son hombres vestidos".
No es la única mujer que piensa así. Incluso hay feministas que separan las reivindicaciones, a veces en forma virulenta. Hay quienes las llaman "TERFs" (Feministas Radicales Trans-Excluyentes).
¿Es razonable oprimir a una comunidad ya oprimida? ¿Y el derecho a la no discriminación? La intolerancia nunca es buena, pero aturde más cuando viene de quienes también, supuestamente, luchan por la igualdad.
Sobre la firma
Newsletter Clarín
Recibí en tu email todas las noticias, coberturas, historias y análisis de la mano de nuestros periodistas especializados
QUIERO RECIBIRLO