El legado de Elon Musk es enfermedad, hambre y muerte

Hay una publicación de Elon Musk en X, su plataforma de redes sociales, que debería definir su legado.

Pasamos el fin de semana alimentando la trituradora de madera con USAID", escribió el 3 de febrero. Podría haber "ido a fiestas geniales. En vez, hice esto".

El absurdo plan de Musk para ahorrarle al gobierno un billón de dólares mediante la reducción drástica del "despilfarro, el fraude y el abuso" ha sido un fracaso.

El Departamento de Eficiencia Gubernamental afirma haber ahorrado 175.000 millones de dólares, pero los expertos creen que la cifra real es significativamente menor.

Mientras tanto, según la Alianza para el Servicio Público, que estudia la fuerza laboral federal, los ataques de DOGE al personal gubernamental (despidos, recontrataciones, uso de licencias istrativas remuneradas y toda la consiguiente falta de productividad) podrían costarle al gobierno más de 135.000 millones de dólares este año fiscal, incluso antes del precio de defender las acciones de DOGE en los tribunales.

Es posible que la ofensiva de Musk contra la burocracia no haya generado ningún ahorro, y si lo hizo, fue insignificante.

Final

Ahora, la aventura de Musk en Washington llega a su fin, con el multimillonario desilusionado anunciando que deja el gobierno.

"Es una batalla cuesta arriba intentar mejorar la situación en Washington D.C., como mínimo", declaró a The Washington Post.

Sin embargo, hay un aspecto donde Musk, con la ayuda de sus secuaces, logró sus objetivos.

De hecho, destrozó la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

Aunque ahora opera una operación discreta dentro del Departamento de Estado, la istración afirma haber cancelado más del 80 % de las subvenciones de USAID.

Brooke Nichols, profesora asociada de salud global en la Universidad de Boston, ha estimado que estos recortes ya han causado unas 300.000 muertes, la mayoría de ellas de niños, y es muy probable que provoquen muchas más para finales de año.

Eso es lo que logró la incursión de Musk en la política.

Los funcionarios de la Casa Blanca niegan que su destrucción de USAID haya tenido consecuencias fatales.

En una audiencia en la Cámara de Representantes la semana pasada, los demócratas confrontaron al secretario de Estado Marco Rubio con el reportaje de mi colega Nicholas Kristof desde África Oriental, que documenta el sufrimiento y la muerte causados ​​por la retirada de la ayuda.

Rubio insistió en que no se han producido tales muertes, pero personas con experiencia en el terreno afirman que miente o está mal informado.

Atul Gawande, adjunto de salud global de USAID durante la istración de Joe Biden, me contó que, durante un viaje a Kenia la semana pasada, visitó el hospital nacional de referencia.

Se ha producido un aumento considerable en el número de pacientes con síntomas avanzados de VIH, como resultado de la pérdida de a la medicación antirretroviral.

En los campos de refugiados en la frontera con Sudán del Sur, la ayuda alimentaria se ha reducido tan drásticamente que la gente recibe menos del 30 % de las calorías que necesita.

«No es suficiente para sobrevivir, y eso ha provocado un aumento vertiginoso de los niveles de desnutrición severa y las muertes asociadas a ella», declaró Gawande.

Efecto

Al parecer, Musk no anticipó que sería una mala estrategia de relaciones públicas para el hombre más rico del mundo quitarles comida y medicinas a los niños más pobres del mundo.

El Post informó que no había previsto "la intensidad de las repercusiones negativas a su papel en la política durante el último año".

Ha estado concediendo una serie de entrevistas que Axios describió como una "gira de rehabilitación de imagen".

Si hubiera justicia en el mundo, Musk jamás podría reparar su reputación, al menos no sin dedicar la mayor parte de su fortuna a aliviar la miseria que ha generado.

Su trayectoria en el gobierno ha revelado graves defectos en su carácter: una crueldad despreocupada y deshumanizante, y una indiferencia letal.

Esto debería influir en la imagen que se le dará durante el resto de su vida pública.

Musk a veces se refiere a las personas que menosprecia como "PNJ", término que en los videojuegos designa a personajes que no son controlados por los jugadores y, por lo tanto, carecen de autonomía.

Más que un simple insulto, el término, creo, revela algo sobre su visión del mundo.

O bien no considera a la mayoría de las personas como completamente reales o no le ve sentido tratarlas como tales.

Como le dijo a Joe Rogan este año:

"La debilidad fundamental de la civilización occidental es la empatía", refiriéndose a la emoción como un "virus" en nuestro sistema.

Sin embargo, aunque se enorgullece de su rigor desapasionado, Musk ha demostrado un notable desinterés en comprender cómo funciona realmente el gobierno que pretendía transformar.

Samantha Power, directora de USAID durante la istración de Joe Biden, me contó que intentó hablar con de la nueva istración con la esperanza de convencerlos de que había elementos del trabajo de USAID que podían aprovechar para su propia agenda.

Pero, salvo una reunión con funcionarios de transición, su intento de arlos fue ignorado.

En cambio, Musk pareció derivar su visión de la agencia de los teóricos de la conspiración en X.

Allí, llamó a USAID una "operación psicológica política de izquierda radical" y amplificó una publicación del provocador de derecha Milo Yiannopoulos que la difamaba como "la organización terrorista global más gigantesca de la historia".

Para Musk habría sido fácil viajar en su avión privado a un país como Uganda para comprobar con sus propios ojos el trabajo que USAID ha realizado proporcionando medicamentos a personas con VIH o alimentando a refugiados de Sudán del Sur.

En cambio, se dejó aconsejar por trolls de internet y dotó a DOGE de lacayos igualmente ignorantes.

"Si escucharan las conversaciones que el personal de USAID tuvo con la gente de DOGE, no hay palabra que describa el nivel de desconocimiento sobre lo que USAID realmente hizo", dijo Power.

Este tipo de descuido intelectual debería hacer que la gente reconsidere su fe en la brillantez de Musk.

«Ser presidente no cambia quién eres; revela quién eres», dijo Michelle Obama.

Lo mismo ocurre, al parecer, con ser el mejor amigo del presidente, aunque sea fugazmente.

c.2025 The New York Times Company