Tiene una agenda apretada: desayunos y almuerzos de trabajo, reuniones y más reuniones. Trabaja de lunes a lunes, no se desconecta nunca. Tiene dos hijos a su cargo. ¿Cómo hace? ¿Cómo istra su tiempo?
¿A qué hora empieza el día?
Temprano, a las 6.30 am, despertando a los chicos porque son remolones.
¿Los despertás vos?
Sí, mi hija se pone el despertador pero tengo que ir a recordarle que le sonó el despertador. Dos o tres veces por semana he tratado de llevarlos al colegio, aunque el tráfico se está haciendo cada vez más complicado y después voy para la oficina.
¿Y a qué hora termina tu día?
En la oficina puedo terminar a las 20.30, ayer llevé a Lorena al oculista así que salí más temprano. Trato de estar antes de las 20 en casa para una última revisada de deberes y cenar con ellos.
¿Cuántas horas te quedás vos?
La última de la lista soy yo. Antes está incluso la señora que trabaja en casa. Estoy preocupada por si ella fue al médico, porque esté bien. Tuve que aprender que hay cosas que no puedo hacer, que no puedo hacer todo por los hijos. En el colegio piensan que ella es la abuela, es mi segunda madre.
¿Cuánto tiempo hace que trabaja con vos?
Senilda Trinidad vino a trabajar conmigo cuando Lorena nació. Pasaron 12 años, es como una madre. sabe cuándo estoy de mal humor y no tengo que estar diciéndole lo que hay que hacer: ella resuelve todo. Tiene una tarjeta de crédito mía así que hace las compras en el súper. Si hay algo que arreglar, lo hace.
¿Es la factótum de tu carrera profesional?
Sí, cuando la empresa en la que trabajaba en Brasil me invitó a vivir a la Argentina, mi ex marido me convenció de que era lo mejor que me podía pasar. Y yo le dije: Si Senilda no va, yo no voy (risas). ¿Cómo voy a ir a otro país sola? ¿Cómo hago, con quién se quedan los chicos">