Las impactantes imágenes recorrieron el mundo, y la conmoción fue absoluta. La tragedia del helicóptero que se estrelló el pasado 10 de abril en el río Hudson, entre Nueva York y Nueva Jersey, y se llevó la vida de seis personas -una familia española de cinco integrantes y el piloto- está bajo investigación. El informe preliminar brinda los primeros detalles, que intentan responder la pregunta fundamental: qué causó el accidente aéreo.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), chequeó cuáles habían sido las últimas inspecciones de la aeronave, así como las condiciones generales del Bell 206L-4, y pudo confirmar algunas de las conclusiones que se deducían de los videos que circularon del momento exacto de la caída y el impacto sobre las gélidas aguas del Hudson.

El despegue fue desde el Downtown Skyport de Manhattan, y a bordo iban el ejecutivo de Siemens, Agustín Escobar, su esposa, Mercè Camprubí Montal, y sus tres hijos pequeños: Augustin, de 10 años, Mercedes, de 8, y Victor, de 4.
El piloto, Sean Jeanson: un registro impecable
En principio, indicaron que el helicóptero no tenía registros audiovisuales, lo que dificulta el a información que sería clave y esclarecedora. Tenían la esperanza de encontrar los lentes de Sean Johnson, el difunto piloto de 36 años, que el día del accidente llevaba puestas unas gafas con graduación computarizada, con capacidad de grabar tanto video como audio, pero no pudieron ser recuperados.
Revelaron que Jonson, un veterano de la Marina que recientemente se había mudado a la Gran Manzana, tenía un título comercial de pilotaje en regla, y había presentado un certificado médico de la istración Federal de Aviación (FAA), expedido hacía tan solo diez días.

Trabajaba con una rotación de una decena de días de trabajo seguidos de otros diez días libres, un cronograma muy común en la carrera de aviación.
Tenía en su haber 790 horas de experiencia de vuelo, de las cuales 48,6 habían transcurrido en esa aeronave. El día del accidente era su primera jornada de trabajo tras sus diez de descanso, y el vuelo que resultó fatal era el octavo de su jornada, todos viajes turísticos realizados con ese mismo helicóptero.
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Las inspecciones del Bell 206L-4: qué dice el informe
El helicóptero siniestrado había aprobado dos inspecciones, la de "300 horas" y la de "100 horas", el pasado 27 de febrero. Se supo también que acumulaba 12.975 horas de operación, mientras que el motor llevaba casi el doble, 23.305 horas.
Tal como habían interpretado los expertos en aviación, y los relatos de los testigos de "sonidos fuertes e inquietantes" en los últimos minutos de vuelo errático que quedó registrado en varios videos, la NTSB ratificó que el helicóptero emitió fuertes explosiones antes de romperse en tres partes antes de caer al agua: el fuselaje, el rotor y la cola.

La aeronave tenía todas sus inspecciones al día, y solo había registrado 50 horas de vuelo desde su última revisión a fines de febrero. Este tipo de indicios apunta a descartar si la maquinaria estaba sobreexigida o había algún tipo de irregularidad que se hubiese pasado por alto.
Por último, detallaron las condiciones meteorológicas de ese día: nubes situadas a 7.500 pies (2.200 metros), vientos de entre 10 y 18 nudos, y una visibilidad de 10 millas.

Otro de los elementos del contexto que resulta importante determinar recae en cómo fueron los últimos días de la tripulación, a través de los testimonios de los allegados al piloto, y la información que brindaron los seres queridos de la familia catalana, que atraviesan un duelo sin precedentes.
También analizarán cada uno de los posibles "errores humanos" que se pudieran haber cometido en la sucesión de factores que llevó a que esa aeronave esté en el aire ese día, con o sin deficiencias, que resultaron en el trágico desenlace.

Por su parte, Michael Roth, el director ejecutivo de New York Helicopter, declaró que no tiene ni idea de por qué el helicóptero falló. "Soy padre y soy abuelo, por lo que estoy devastado, y nunca vi nada igual en mis 30 años en el negocio; esto es horrible, pero hay que recordar algo: son máquinas y se rompen", había dicho en una declaración a los medios, que no fue bien recibida en medio de la tragedia. Desde entonces, la compañía cerró hasta nuevo aviso.
Los antecedentes en la misma compañía de vuelos turísticos
Las autoridades policiales indicaron que la empresa responsable del vuelo está colaborando con la investigación en curso, y se están considerando también los casos previos de incidentes aéreos que quedaron registrados a lo largo de los años.
Según un artículo publicado por The New York Times, la empresa responsable del helicóptero accidentado ya había sido protagonista de otros accidentes aéreos, pero ninguna de tal magnitud.

En los últimos 15 años se reportaron tres accidentes en aeronaves de la misma empresa. En 2013 un piloto realizó un aterrizaje de emergencia en el mismísimo río Hudson, luego de reportar una pérdida de potencia. Durante aquel vuelo, en el que viajaba una familia sueca, todos pudieron ser rescatados con vida.
Dos años después un helicóptero voló descontroladamente en círculos, a unos seis metros de altura, y realizaron otro aterrizaje forzoso. Ese incidente fue en la misma aeronave que en 2010 había estado involucrada en un fallo en el eje de transmisión.
Hasta ahora, el puñado de datos del informe preliminar no esclarece una causa concluyente del accidente mortal, por lo menos desde los aspectos técnicos. Sin embargo, aún falta analizar muchas otras condiciones y esperar los resultados definitivos de todas las pericias que realizaron con los restos del helicóptero.
Con información de EFE.
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