¿Sabías que no solo los hábitos de vida influyen en cómo las personas envejecen, sino también el nivel socioeconómico? Un estudio realizado por investigadores de Reino Unido reveló que las personas con mejores condiciones económicas no solo viven más, sino que además envejecen más lentamente, tanto a nivel físico como celular.
Esta conexión entre la clase social y el envejecimiento abre lugar a entender cómo el entorno y los recursos disponibles pueden influir en la salud y bienestar a largo plazo.
¿Cómo afecta el estatus socioeconómico al envejecimiento?

Un estudio publicado en la revista Nature Medicine confirmó que envejecer no es igual para todos. Según los investigadores, las personas con menos recursos tiene un 20% más de riesgo de enfermarse que quienes viven en mejores condiciones.
"Durante décadas, hemos sabido que las ventajas sociales están relacionadas con una mejor salud, pero nuestros hallazgos sugieren que también pueden ralentizar el propio proceso de envejecimiento", dijo en un comunicado Mika Kivimaki, profesor de la University College London (UCL) y autor principal del estudio.
El equipo del Reino Unido analizó a distintos pacientes y se enfocó en 83 enfermedades que suelen aparecer con el avance de la edad, como la osteoporosis, las cataratas o los problemas de próstata. También estudiaron análisis de sangre para ver qué pasaba con las proteínas que circulan en el plasma.

El profesor Tony Wyss-Coray, de la Universidad de Stanford, explicó que el envejecimiento se puede ver en las proteínas de la sangre, porque reflejan cómo están funcionando distintos órganos. Y, según el estudio, 14 de esas proteínas estaban directamente influenciadas por la situación económica de cada persona. Muchas de ellas tienen que ver con la inflamación y el estrés celular, dos procesos que hacen que el cuerpo se desgaste más rápido.
En este sentido, el estudio reveló que las personas de barrios más humildes tienen el doble de riesgo de sufrir diabetes tipo 2, enfermedades del hígado, del corazón, cáncer de pulmón o ACV, en comparación con quienes viven en contextos más acomodados.

Además, cruzaron esa información médica con datos sobre el nivel de educación, el barrio en el que viven y los ingresos familiares, y encontraron que la movilidad social ascendente podría tener un impacto positivo en el envejecimiento biológico.
Las personas que participaron del estudio que comenzaron con un nivel educativo bajo pero luego alcanzaron un estatus social medio o alto mostraron perfiles proteicos más saludables.
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