Una neurocientífica estuvo muerta seis minutos y revela todo lo que vio antes de “revivir”

¿Qué pasa después de la muerte? La pregunta del millón que desvela al mundo parece encontrar respuesta en la neurocientífica que pasó seis minutos clínicamente muerta y luego despertó.

Anna Stone tenía 38 años y dos hijos cuando estuvo clínicamente muerta tras un episodio repentino que, con el paso del tiempo, se convertiría en un punto de inflexión en su "nueva" vida.

La médica de Estados Unidos explica que un día, allá por 2016, tuvo su ciclo menstrual "y simplemente no se detuvo", refleja en el Daily Mail.

"Hice una broma y dije: 'Creo que me estoy desangrando'. Y eso es lo último que recuerdo haber dicho antes de despertarme en una ambulancia", explica la mujer que por entonces tenía 28 años.

"Lo siguiente que vi fue en una cama de hospital. Me invadió una sensación que solo puedo describir: sabía que me estaba muriendo", continuó su estremecedor relato, en este caso con final feliz.

Qué pasó con la neurocientífica mientras estuvo muerta seis minutos

La médica explica que la sensación durante este episodio fue como tomar todas las drogas alucinógenas a la vez. "Sentí que iba a explotar. Era demasiado. No podía soportarlo. De repente, salí disparada de mi cuerpo", cuenta todavía con asombro.

Como sucedió en otras casos, ella también afirma que miró hacia abajo para ver su propio cuerpo en la cama del hospital y comenzó a escuchar los latidos de su corazón desvanecerse en la máquina.

La escena seguía con el personal médico intentando reanimarla, antes de darse por vencidos con la misión contrarreloj. Pero un dato pone la piel de gallina: no sintió pena mientras abandonaba su cuerpo, hasta que pensó en sus hijas.

Fue en el instante en que pasó por su cabeza su hija mayor Ashley, Stone comenta que se sintió transportada al aula donde esta en clases, en el Fresno City College, a 340 km de distancia, en California. Y que vio a su hija mientras rendía un examen.

Pasó entonces que Stone se dio cuenta de que dejaría a huérfana a la pequeña Ashley, ya que su marido había muerto de cáncer años atrás.

Pero también estaba su segunda hija de apenas dos años, y de inmediato fue "transportada" a la sala de espera del hospital, donde la niña estaba jugando con bloques de Lego.

Stone finalmente regresó a la habitación del hospital mientras un técnico le realizaba compresiones en el pecho.

¿Hay vida después de la muerte? Dios, el más allá y los hijos

Antes de "regresar" a su cuerpo, Stone contó que viajó a un reino blanco, "donde todo era increíblemente brillante". El sitio donde tuvo lugar su toma de conciencia final.

Afirma que tuvo una visión de 360 grados y descubrió que ya no tenía cuerpo: se había convertido en una forma inmensa que llenaba el espacio mismo. "Podría haber abrazado al planeta entero si hubiera querido", jura Stone.

La mujer entonces vio que se acercaba otra persona, una versión diferente de ella misma, más atractiva y con menos arrugas, por lo que supo de inmediato que "iba a regresar".

Se sumó a otro lugar común: vio un túnel y reingresó a su cuerpo a través de su ombligo, lo cual, según ella, "le dolió muchísimo".

Respecto a su experiencia extracorpórea, la madre ahora cree que "Dios definitivamente no es una persona, y el tiempo definitivamente no es lineal. Todo está sucediendo ahora".

Estar muerta unos minutos y vivir para contarlo

La experiencia le cambió la vida a Anna Stone, que sintió que había estado en un camino hacia la destrucción absoluta antes del evento, pero de repente encontró su propósito.

Regresó a la escuela, terminó su licenciatura, su maestría, luego su doctorado y desde entonces lanzó su propio podcast, amplía el periódico británico.

Aprovechó su experiencia para ayudar a otras personas con traumas. Vale remarcar que ella antes era alcohólica, consumía drogas; ahora no puedo tocar el alcohol en absoluto.

Stone agregó que ya no sufre de ansiedad y que ya no tiene que tomar medicamentos.

Tras su impactante experiencia, la doctora cree que lo que realmente importa es ser una buena persona y darse cuenta de que hay más en la vida que la naturaleza en blanco y negro de su carrera en las ciencias, incluida la otra vida.