Una mujer de 37 años confesó haber matado a su marido de una forma terrible: lo asesinó, mutiló su cuerpo y cocinó sus genitales en un guiso. El truculento caso, que ocurrió en Brasil, se hizo viral en las redes sociales y sacudió al país por la brutalidad y los detalles macabros revelados..
Según informó la policía de Acrelandia, en el interior del estado de Acre, en Brasil, la asesina había denunciado la desaparición de su marido. La mujer llegó a ofrecer hasta tres versiones distintas sobre el paradero del hombre, lo que encendió las alertas de los investigadores.
Días después, el cuerpo del hombre fue hallado a solo dos cuadras del hogar que compartía con la acusada. El cadáver presentaba signos de mutilación, y los peritos confirmaron la ausencia de los genitales, lo que llevó a un nuevo y más riguroso interrogatorio a la esposa.

Finalmente, la mujer confesó el homicidio. Declaró que cometió el asesinato impulsada por los celos, tras descubrir que su esposo compraba contenido pornográfico de mujeres a través de Instagram. En un arranque de furia, lo mató, le cortó el miembro y lo cocinó con frijoles. Aseguró haber comido el guiso “por curiosidad”, antes de desecharlo.

Actualmente, la autora del crimen se encuentra detenida de forma preventiva y enfrentará cargos por homicidio calificado, con penas de hasta 30 años de prisión.
Los peritos continúan recolectando pruebas para esclarecer los detalles del caso, que generó conmoción en la región por su extrema violencia y las motivaciones declaradas por la agresora.
Crimen caníbal
En Estados Unidos, otro crimen macabro generó impacto en el país. Un hombre de 31 años fue acusado de matar a su hermano de 26 en un lujoso departamento familiar. El horrendo crimen tuvo condimentos macabros al encontrarse un tenedor y un plato con sangre que refuerza la idea del canibalismo, según la policía.
Matthew Hertgen, de 31 años, está acusado de usar un cuchillo y un palo de golf para atacar a Joseph, de 26 años, antes de arrancarle un ojo a su hermano menor en un departamento de Princeton, Nueva Jersey, el 22 de febrero, según la Justicia. También se lo acusó de crueldad animal, ya que se cree que participó en prender fuego al gato de la familia.

Cuando llegó la policía, encontraron a Joseph muerto “en el suelo del comedor con un gran charco de sangre alrededor de su cabeza y torso”, aparentemente con un traumatismo contundente en la cabeza y una laceración en el pecho y el abdomen.
Su “ojo derecho no era visible”, mientras que utensilios de comer empapados de sangre y un plato estaban sobre la mesa del comedor,
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