El creador de “Game Of Thrones” participó en la “desextinción” del lobo huargo: cuál fue su rol

Parece ciencia ficción, pero no lo es. Tampoco se trata de un capítulo de Games Of Thrones, ni de un cachorro de la legendaria Casa Stark. El lobo huargo, también conocido como "lobo terrible", se extinguió hace más de 10.000 años, pero un grupo de científicos asegura haber "revivido" tres ejemplares.

Los bautizaron Rómulo, Remo y Khaleesi. Este último nombre es una clara referencia al universo creado por George R.R. Martin. Vale recordar que el personaje de Daenerys Targaryen, la princesa heredera de una de las familias que se disputan el Trono de Hierro -interpretada por Emilia Clarke- recibe el apodo de la tribu Dothraki, ese apodo, "la Khaleesi", que significa "princesa".

Según revela The Hollywood Reporter, el escritor participó del proyecto que "trajo de vuelta" a los lobos desaparecidos de la faz de la Tierra al final del Pleistoceno, hace unos 12.000 a 13.000 años, víctima de cambios climáticos y la extinción de su megafauna presa.

La empresa de ingeniería genética Colossal Biosciences informó a través de la red social X que logró crear lobos genéticamente modificados con aspecto similar al extinto huargo.

La revista Time publicó el logro en su portada, y allí se explica parte del procedimiento. Partieron de una reconstrucción del genoma del animal extinto, luego editaron células de lobo gris para que coincidiera con el del cánido desaparecido, y la gestación fue a través de varias perras comunes, que parieron con éxito a los tres ejemplares.

La similitud con el lobo gigante de la serie Juego de Tronos, símbolo de la Casa Stark, no pasó desapercibida por los fanáticos, y para su sorpresa, mucho de aquella ficción está presente en el proyecto.

La presentación pública del proyecto incluyó una colaboración con el cineasta Peter Jackson, quien prestó el trono de hierro original de Game of Thrones, adquirido en una subasta por 1,49 millones de dólares.

El lobo gigante de Game Of Thrones, en la vida real

En el mismo artículo, The Hollywood Reporter indica que la empresa Colossal Biosciences ó a George R.R. Martin cuando comenzó el proyecto de recreación, y el famoso autor aceptó participar.

Martin asumió el rol de asesor cultural y también colaboró como inversor. “Muchas personas ven a los lobos huargos como criaturas mitológicas que solo existen en un mundo de fantasía, pero en realidad, tienen una rica historia de contribución al ecosistema estadounidense”, expresó en una declaración escrita.

Según el comunicado de la compañía, el escritor ya visitó a los cachorros en el santuario privado donde se encuentran. Y hubo otro guiño más que evidente a la exitosa novela que luego se convirtió en serie: para presentarlos en sociedad, los ejemplares fueron trasladados a Dallas, Texas, para una sesión de fotos sobre el icónico trono de hierro.

Martin no fue el único que participó, sino que Peter Jackson, director, guionista y productor de la trilogía de El Señor de los Anillos, es otro de los inversores de la compañía Colossal, y fue quien facilitó el trono con fines promocionales.

"Renacidos el 1 de octubre de 2024, estos extraordinarios cachorros fueron devueltos a la vida gracias al ADN antiguo extraído de restos fosilizados", informó la empresa en su comunicado de X, donde también compartieron el video del primer aullido.

La creación de estos animales se habría hecho basándose en ADN extraído de un diente de lobo gigante de hace 13.000 años y un cráneo de hace 72.000 años. Habrían identificado 20 diferencias claves en 14 genes responsables de características distintivas del lobo gigante, como su mayor tamaño, un 20% mayor que los lobos grises, pelaje blanco, cabeza más ancha, dientes más grandes, hombros más poderosos y patas más musculosas.

Conocido por su robustez y sus mandíbulas capaces de triturar huesos, este animal vivió en América, incluso en Argentina. A poco más de cuatro meses del "renacimiento", tienen seis meses de vida, miden 1.20 metro de largo, y pesan 36 kilos.

El objetivo de Colossal es desextinguir al mamut, al tigre de Tasmania y otras especies usando para ello los vientres de animales actuales. En el caso del mamut, sería partir de células de elefante para incluir algunos de los cambios genéticos característicos del mamut y usar elefantas como vientres de alquiler para gestar a las crías. La otra gran aplicación de esta tecnología sería preservar especies actuales en peligro de extinción.