Las vacaciones de dos amigas, lejos de su hogar, concluyeron de la peor manera. Una de estas mujeres sufrió un grave problema de salud en una piscina y quedó al borde de la muerte, pero con una particularidad: en ese momento, ella no sabía que corría peligro.
Una joven tuvo un accidente mientras se encontraba en Turquía y, días más tarde, tras haber regresado a su casa, descubrió que su vida estaba en riesgo. La historia en cuestión captó el interés de los s.
La protagonista de esta anécdota se llama Becca y es una ciudadana inglesa de 25 años, según información de medios de noticias locales. Tiempo atrás, en 2022, ella se llevó un susto durante su estadía en otro país.
En aquella época, Becca fue a vacacionar a Turquía junto a una amiga. Un día, el 16 de mayo de ese año, la joven estaba jugando al vóley en una pileta cuando se tiró al agua para buscar la pelota. A raíz de la zambullida, impactó su cabeza contra el fondo de la piscina.
"La inmersión salió muy mal. Mis manos ni siquiera tocaron el fondo de la pileta, mi cabeza fue lo primero que chocó contra el fondo. Luego de haberme golpeado, me quedé flotando en el agua por un tiempo que me pareció una eternidad. Yo solamente pensaba: '¿Podré mover los pies?'", declaró la ciudadana inglesa, citada por el diario Manchester Evening News.
A continuación, Becca se dio cuenta de que a pesar del golpe podía desplazarse sin problemas. Por lo tanto, decidió salir de la piscina. En los siguientes días, la joven controló el dolor en la zona afectada con analgésicos. "Tenía dolor, aunque no había hinchazón ni hematomas", dijo.
Al principio, ella creyó que había sufrido un latigazo cervical, también conocido como hiperextensión cervical. "El latigazo cervical es una lesión que se produce por un movimiento rápido y enérgico del cuello, hacia atrás y hacia adelante, como el chasquido de un látigo", aseveró la entidad médica estadounidense Mayo Clinic a través de un artículo de su sitio web.

En la misma sintonía, Mayo Clinic advirtió: "La mayoría de las personas que sufren un latigazo cervical mejoran en pocas semanas al seguir un plan de tratamiento que incluye medicamentos y ejercicio. Sin embargo, algunas presentan dolor de cuello duradero y otras complicaciones".
Qué diagnóstico recibió
Por su parte, en relación con el caso de Becca, su problema de salud era otro. Y muy grave. Tres días después del accidente en la pileta, el 19 de mayo de 2022, la joven ―ya había vuelto a su país― llamó por teléfono a su proveedor de salud porque tenía mucho dolor. Enseguida, los profesionales le recomendaron que visitara un centro médico.
Entonces, la ciudadana inglesa fue a un hospital para que la revisaran. Una vez allí, se sometió a diversos estudios, incluyendo radiografías. Pronto, los médicos le dieron un diagnóstico revelador: dos vértebras de su cuello estaban severamente dañadas debido al golpe en la pileta.
"Lo primero que me dijo el médico fue: 'Me sorprende que no hayas muerto'. Ahí me di cuenta de que mi situación era mucho más grave de lo que pensaba. (...) Mis vértebras C5 y C6 se hallaban completamente aplastadas, básicamente se habían partido por la mitad", afirmó Becca.
Antes del accidente, la joven realizaba mucha actividad física: practicaba boxeo y además ejercitaba de manera regular su cuerpo con máquinas en un gimnasio, como, por ejemplo, hacía levantamiento de pesas.
Los profesionales de la salud, quienes atendieron a Becca, le informaron a ella que los músculos desarrollados de su espalda y hombros permitieron que su médula espinal se mantuviera en su sitio, ayudándola a sobrevivir al momento del impacto en la piscina y a los días posteriores.

"Mis músculos protegían el resto del cuerpo porque me había decapitado parcialmente, así que sujetaban la cabeza. Llevaba casi dos años yendo al gimnasio cinco o seis veces por semana, y por eso estoy viva. Los médicos dijeron que si mi lesión le hubiera ocurrido a una persona normal, no caminaría, ni se movería, ni hablaría", aclaró.
A su vez, la ciudadana inglesa reiteró por medio de un posteo en la plataforma social JustGiving que su estilo de vida contribuyó a una evolución favorable en su cuadro: "Si no hubiera estado tan comprometida con el fitness, mi historia podría haber sido muy distinta, con un riesgo de parálisis, tetraplejia o muerte".
Becca se sometió a dos cirugías importantes. "Tuve dos grandes operaciones de columna. La primera consistió en extraer las vértebras rotas y sustituirlas por una estructura metálica para proteger mi médula espinal. La segunda consistió en estabilizar la parte posterior de mi cuello colocando dos varillas metálicas de 10 cm a cada lado, sujetas con diez tornillos", describió en JustGiving.
La recuperación de la joven
"Las operaciones se llevaron a cabo con solamente cinco días de diferencia. Entre una y otra, estuve permanentemente sujeta a un cuello ortopédico, sin poder moverme ni sentarme porque la médula espinal no tenía soporte, ya que los tendones y ligamentos se encontraban completamente dañados por la lesión inicial", agregó mediante la plataforma social.

La joven debió soportar un "lento y agotador" proceso de recuperación. Con respecto a este tema, necesitó aprender de nuevo movimientos básicos, como levantarse, caminar y darse vuelta en la cama. "El cirujano me avisó que me habían crecido músculos en donde a la gente no le suelen crecer, porque yo solía levantar pesas. Esta es una de las principales razones por las que todo lo demás se mantuvo en su sitio", relató.
Afortunadamente, Becca logró superar la dura etapa y de a poco pudo volver a ser la de antes. "Estar en el hospital durante un mes después de la operación fue duro, con fisioterapia diaria, tratamiento continuo del dolor y problemas de tensión arterial por tener que estar tumbada las 24 horas del día. ¿Pero qué me permitió salir adelante? Saber que mi cuerpo había aguantado hasta el final, a pesar de que yo no sabía que lo necesitaba. Construir esa relación, esa fuerza y esa confianza en mi cuerpo me dio la fuerza para continuar", reflexionó.
Por otro lado, este año, la joven planeó participar de la maratón TCS London Marathon en nombre de la ONG local Spinal Research, dedicada a ayudar a personas con lesiones de médula espinal. "Quiero correr no solo por los que no pueden, sino también para demostrar a los que creen que no pueden que todo es posible con la mentalidad adecuada y el compromiso de adaptarse. La vida puede darnos momentos difíciles e impredecibles, pero con resiliencia podemos encontrar la manera de superarlos", opinó.
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