No hace falta salir de la ciudad ni manejar horas para reencontrarse con la calma. En esta Semana Santa, en vez de correr de una punta a la otra con excursiones tradicionales, podés regalarte un paseo distinto: uno donde el silencio, el perfume de los jazmines y el sonido de las fuentes se roban la escena. En Buenos Aires hay jardines secretos que sobreviven al vértigo de las avenidas.
Son refugios verdes en medio del cemento, algunos escondidos detrás de museos y otros ocultos en viejas casonas con historia. Desde Belgrano hasta Recoleta, pasando por San Isidro, la ciudad y sus alrededores ofrecen rincones ideales para desconectar durante el finde largo. Acá te contamos cuáles son los más lindos, cuándo podés ir, y qué hace que cada uno tenga un encanto particular.
Museo Larreta: un jardín andaluz en el corazón de Belgrano
La residencia del escritor Enrique Larreta, hoy museo, conserva más que obras de arte y arquitectura colonial: detrás de sus muros guarda uno de los jardines más hermosos de Buenos Aires. Inspirado en los patios de la Alhambra, tiene senderos de piedra, una fuente central y naranjos que perfuman el aire.
Ideal para sentarse a leer o simplemente perderse entre los rincones verdes. Ubicado en Juramento 2291, Belgrano, este jardín está abierto de lunes a domingo, de 11 a 18 horas, excepto los martes y en días de lluvia.
Dos jardines secretos en la Casa Museo Ricardo Rojas
Este rincón de Recoleta es una joya que muchos aún no conocen. La antigua casa del escritor Ricardo Rojas tiene una arquitectura neocolonial cargada de simbolismos, y dos jardines que invitan al asombro. El delantero está cuidadosamente diseñado con columnas, plantas nativas y bancos de mármol. El trasero, más íntimo, se descubre cruzando una galería con ventanales que dejan entrar la luz como si fuera parte de la escenografía.

Allí, los pájaros suelen hacer sus nidos entre las enredaderas, y el silencio parece elegido a propósito. Es perfecto para quienes quieren escapar por un rato del ruido de la ciudad y conectar con la historia, la literatura y la naturaleza.
- Charcas 2837, Recoleta.
- Consultar horarios actualizados en redes sociales o en la página oficial del museo.
.
Un jardín francés en Recoleta: Museo Nacional de Arte Decorativo
Frente a una de las avenidas más transitadas de Buenos Aires, se esconde un pulmón verde de líneas simétricas y elegancia clásica. El jardín del Museo Nacional de Arte Decorativo fue diseñado por Achille Duchêne, paisajista de la aristocracia sa. Caminando por sus senderos se pueden ver esculturas originales, una fuente central con cisnes de mármol y una variada colección de plantas ornamentales.
Es ideal para quienes aman los jardines formales, con flores perfectamente dispuestas, bancos estratégicamente ubicados y una atmósfera que remite a los palacios europeos. Además, el entorno invita a disfrutar un café en el bar del museo, con vista directa a los canteros.
- Av. del Libertador 1900, CABA.
- Miércoles a domingos, de 13 a 18:30. Entrada libre y gratuita.
Villa Ocampo: naturaleza y literatura en un mismo jardín
Victoria Ocampo fue una de las figuras más influyentes de la literatura argentina, y su casa en Beccar, convertida en museo y sede de la UNESCO, respira ese legado. El jardín de Villa Ocampo es amplio, arbolado, lleno de vida. Hay robles centenarios, senderos de tierra, bancos bajo la sombra, esculturas modernas y patos que pasean sueltos como en una novela bucólica.
Además, la casa organiza actividades culturales, visitas guiadas, muestras y talleres. Podés combinar una caminata tranquila entre árboles con una recorrida por los salones donde Borges, Neruda y Tagore alguna vez tomaron el té.
- Elortondo 1837, Beccar.
- Entrada con reserva previa.
- Viernes de 12:30 a 18 horas.
- Sábados, domingos y feriados de 10 a 19 horas.

Quinta Los Ombúes: historia y río en San Isidro
En San Isidro, sobre una barranca con vista al río, se levanta una casona colonial que conserva el alma del siglo XIX. La Quinta Los Ombúes fue hogar de Mariquita Sánchez de Thompson y aún hoy guarda documentos, objetos antiguos y un jardín con aljibe sevillano rodeado de ombúes y ceibos.
Caminar por sus senderos es como recorrer las páginas de un libro de historia argentina. Y desde la galería abierta se puede ver el río, las copas de los árboles y escuchar el crujir de las hojas. Además, la zona invita a continuar el paseo por el casco histórico de San Isidro o sentarse en una confitería con vista al río.
- Adrián Beccar Varela 774, San Isidro.
- Martes y jueves de 10 a 18 horas.
- Sábados y domingos de 14 a 18 horas (abril a octubre) y de 15 a 19 horas (noviembre a marzo).
- Entrada gratuita.
Estos jardines son una oportunidad para reconectar con la ciudad desde otro lugar. Durante Semana Santa, cuando todo parece acelerar, estos rincones escondidos de la ciudad invitan a hacer lo contrario: frenar, respirar, contemplar.
Mirá también
Newsletter Clarín
Recibí en tu email todas las noticias, coberturas, historias y análisis de la mano de nuestros periodistas especializados
QUIERO RECIBIRLO