Durante más de un siglo, el petróleo ha sido el motor de la economía mundial y la base de la industria moderna. Sin embargo, su carácter no renovable plantea una pregunta fundamental ¿qué sucederá cuando se agoten las reservas?
Este escenario parece aún lejano, aunque algunos expertos de México aseguran que el mundo se quedará sin crudo dentro de unas cuatro décadas.
De todas formas, siguen apareciendo nuevas reservas. Algunas de ellas, como Vaca Muerta, en la Argentina, son realmente prometedoras y podrían alargar el plazo de vencimiento.
Por otra parte, están en pleno desarrollo las energías renovables (eólica o solar, por ejemplo) e incluso se revalorizan las provenientes de la fisión nuclear, como sustitutos del petróleo.

Qué pasará cuando se acabe el petróleo
Dentro de unas cuatro décadas, según las estimaciones más recientes, el agotamiento del petróleo tendría consecuencias inmediatas en la economía global.
Los países productores, la mayoría de ellos ubicados en Oriente Medio, podrían enfrentar crisis severas, mientras que los consumidores verían incrementos drásticos en los precios de la energía y los productos derivados.
Sectores como el transporte, la industria petroquímica y la agricultura, que utilizan fertilizantes y maquinaria basada en combustibles fósiles, serían especialmente vulnerables.
La transición podría provocar inestabilidad en el empleo, ya que millones de puestos de trabajo ligados directa o indirectamente al petróleo tendrían que reconvertirse. Esta reestructuración industrial requeriría una adaptación masiva de la fuerza laboral y la creación de nuevas habilidades y profesiones.
El fin del petróleo, por otra parte, aceleraría la inversión y adopción de energías alternativas. Tecnologías como la solar, eólica, nuclear e hidroeléctrica ya están en expansión y se perfilan como los pilares del futuro energético.
Sin embargo, la transición no será sencilla. El petróleo es un recurso energético muy concentrado y fácil de transportar, cualidades difíciles de igualar por otras fuentes. Además, muchas infraestructuras actuales, desde vehículos hasta redes de distribución, están diseñadas para el uso de combustibles fósiles y requerirán profundas adaptaciones.

El desarrollo de sistemas avanzados de almacenamiento de energía será clave para superar la intermitencia de las fuentes renovables. La innovación tecnológica, junto con políticas públicas decididas, determinará la velocidad y eficacia de esta transición.
El agotamiento del petróleo, sin embargo, podría traer beneficios ambientales a largo plazo. La quema de combustibles fósiles es una de las principales causas del cambio climático, porque contribuye al aumento de la emisión gases de efecto invernadero y al calentamiento global.
Reducir el uso de combustibles disminuiría las emisiones y permitiría avanzar hacia una economía más sostenible. Sin embargo, la transición también podría generar impactos negativos si no se gestiona adecuadamente el cierre de infraestructuras petroleras, como los pozos agotados, que pueden dejar “pasivos ambientales” significativos si no se rehabilitan correctamente.
La escasez de petróleo también podría modificar el equilibrio de poder internacional. Las relaciones geopolíticas, históricamente marcadas por la lucha por el control de los recursos energéticos, se reconfigurarán a medida que las energías renovables ganen protagonismo. Países que lideren la innovación tecnológica y la producción de energía limpia podrían ocupar posiciones estratégicas en la nueva economía global.
Aunque algunos escenarios son apocalípticos, la mayoría de los expertos coincide en que la clave estará en la capacidad de adaptación. De todas formas, el agotamiento del petróleo no será repentino, sino que la producción disminuirá gradualmente, lo que forzará a gobiernos, empresas y ciudadanos a buscar alternativas y adoptar nuevos modelos de desarrollo.
Si la transición es planificada y se invierte en innovación, el mundo sin petróleo no tiene por qué ser apocalíptico, sino la oportunidad para construir una civilización más sostenible y resiliente.
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