Durante muchos años, la vigilia junto al cuerpo del difunto se llevaba a cabo en la propia casa, donde familiares y allegados iban a rezar, rendir homenaje y acompañar a los deudos.
Esta costumbre tenía raíces religiosas, pero también prácticas, porque el velatorio permitía asegurarse de la muerte real del ser querido y proteger el cuerpo hasta el entierro.
En las últimas décadas, los rituales funerarios en Argentina experimentaron cambios notables. Los velatorios, que antes se extendían varios días, ahora son más breves y suelen realizarse en salones acondicionados para tal fin.
Además, existe una tendencia a evitar la exhibición del cuerpo y a reducir los arreglos florales. El luto perdió vigencia y la cremación gana terreno frente al entierro tradicional.

Cuál es la diferencia entre funeral y velorio
En los momentos posteriores al fallecimiento de una persona, su familia suele enfrentar términos como velatorio y funeral, que, aunque relacionados, cumplen propósitos distintos, advierte el sitio de la Funeraria Aragón.
El velatorio, o velorio, es un momento íntimo, una reunión previa al funeral donde familiares y amigos se congregan para acompañar el cuerpo. Su principal objetivo consiste en facilitar la expresión de condolencias, conversaciones informales y recuerdos compartidos.
Según explica el sitio oficial del Ministerio Público Fiscal, en la Argentina está prohibido inhumar a una persona antes de las 12 horas y pasadas 36 de su fallecimiento.
En general, el velatorio dura entre cuatro y seis horas y, a diferencia de otras épocas, la sala suele cerrar durante la noche como medida ante el aumento de la inseguridad.
El funeral, en cambio, es un acto que suele tener un componente religioso. Es el cierre simbólico de la despedida al ser querido y puede incluir discursos, música, oraciones o lecturas. Es mucho más breve que el velatorio y puede durar de una a tres horas. En la Argentina suele realizarse en el cementerio.
Mientras el velatorio presenta un ambiente distendido, donde predominan las conversaciones privadas, el funeral tiene una estructura definida con un orden de actividades.
Por otra parte, mientras el velatorio se realiza en el hogar o en una sala, el funeral tiene lugar, además del cementerio, en iglesias, salones comunitarios o al aire libre. Y, en muchos casos, el cuerpo ya no está presente, luego de la cremación o el entierro anterior.

En cuanto a los rituales, salvo la apertura de un libro de condolencias y la presencia de fotografías del fallecido, el velatorio es bastante informal. El funeral, en cambio, suele incluir una misa o ceremonias laicas, como una lectura, y ofrendas.
Para ambos actos es primordial respetar los deseos del fallecido, si que este dejó instrucciones. En caso de que no las haya, considerar su personalidad. Para personas que han tenido una vida reservada, el velatorio debe ser íntimo y el funeral, simbólico y breve.
Si bien la tradición indica lo contrario, hay velatorios sin cuerpo presente (para fallecidos en accidentes de tránsito o de donantes de órganos) y funerales virtuales que incluyen transmisiones en vivo, pensadas para familiares que viven lejos.
Mirá también
Newsletter Clarín
Recibí en tu email todas las noticias, coberturas, historias y análisis de la mano de nuestros periodistas especializados
QUIERO RECIBIRLO