Tener el pasto siempre verde parece una misión imposible. Con los cambios de clima, la sequía o las heladas, es normal que el césped pierda su color y se vuelva apagado o amarillento. Pero hay quienes logran mantenerlo perfecto sin importar la época del año. Los jardineros con más experiencia usan ciertos recursos que no suelen contar, pero que te revelamos aquí.
Lo mejor es que no necesitás gastar una fortuna ni contratar a nadie. Estas técnicas son fáciles de aplicar, están al alcance de cualquiera y no dañan el ambiente. Si querés que tu jardín se vea como una alfombra verde durante todo el año, tomá nota de estos tres secretos bien guardados.
3 técnicas de los expertos para tener un pasto siempre verde
Resembrar semillas
La resiembra consiste en reforzar el césped existente con semillas nuevas, elegidas especialmente según la temporada. En otoño, se recomienda usar variedades de estación fría, que germinan rápido y toleran mejor las bajas temperaturas. Esto permite cubrir zonas debilitadas por el verano y mantener el color verde aún en los meses más fríos.
Después de esparcir las semillas, es importante mantener el suelo húmedo durante al menos dos semanas. Regar por la mañana temprano o al atardecer mejora los resultados y evita que el agua se evapore demasiado rápido.
Esta técnica también ayuda a evitar la aparición de malezas, ya que al tener un césped más denso, se reduce el espacio libre que estas necesitan para crecer. Además, es una excelente forma de extender la vida útil del césped sin tener que levantarlo por completo.

Airear el suelo del jardín
El paso previo a la resiembra, muchas veces el más ignorado, es la aireación del terreno. Con el tiempo, el suelo del jardín se compacta por el tránsito peatonal, el peso de los muebles de exterior o simplemente por el uso diario. Esto dificulta que el agua y los nutrientes lleguen a las raíces.
Airear consiste en abrir el suelo para permitir que entre oxígeno y mejorar la absorción. Se puede hacer de forma manual con herramientas caseras, o bien con rodillos especiales que utilizan los profesionales. Lo ideal es realizarlo una vez al año, preferentemente en otoño o primavera, que son épocas de crecimiento activo del pasto.
Una buena aireación mejora la resistencia del césped frente a sequías, heladas y enfermedades, y además favorece el desarrollo de raíces más profundas, que sostienen mejor la estructura del jardín.

Usar fertilizante para césped
El último truco está en alimentar al césped en el momento justo, y con los nutrientes adecuados. Los fertilizantes de liberación lenta tienen la ventaja de nutrir el suelo de forma constante durante varias semanas, sin necesidad de aplicar productos con frecuencia.
En el caso del césped, el nitrógeno es el elemento más importante, ya que favorece el crecimiento de hojas verdes y vigorosas. Aplicar un fertilizante rico en nitrógeno a comienzos del otoño, fortalece las raíces antes de que lleguen las bajas temperaturas. Eso prepara al jardín para afrontar el invierno sin perder color ni densidad.
También es importante tener en cuenta que no conviene fertilizar justo antes de una lluvia fuerte, ya que los nutrientes podrían arrastrarse y no llegar a cumplir su función. La dosis justa y el momento adecuado son claves para que el resultado sea visible y duradero.
Mirá también
Newsletter Clarín
Recibí en tu email todas las noticias, coberturas, historias y análisis de la mano de nuestros periodistas especializados
QUIERO RECIBIRLO