Todos los cineastas, sean estudiantes de cine, realizadores debutantes o con películas sobre sus espaldas, saben que poner un pie en el Festival de Cannes, en alguna de sus secciones, no les garantiza nada, pero a futuro les abre enormes posibilidades de regresar. Muchos cortometrajistas llegaron luego a competir por los premios más importantes.
Pero ¿cuál es la verdadera razón, la real importancia de tener sus películas y sus nombres en la programación oficial del Festival Internacional de Cine de Cannes?
Vamos a analizar esa cuestión y despejar muchas dudas, ahora que empieza a promediar la edición 78° de la muestra de cine más importante del mundo.
Un Festival que se multiplica
Para empezar, el Festival de Cannes es uno solo, pero parece que fueran tres. O cuatro. Es que a su alrededor, como satélites y no como parásitos, hay otras muestras que corren en paralelo, y de las que seguro escucharon hablar: la Quincena de cineastas (antes de realizadores), la Semana de la Crítica y ACID (Association du cinéma indépendant pour sa diffusion).

Es cierto que muchas de las películas que los comités del Festival descartan terminan exhibiéndose en ellas. Los productores envían sus películas a consideración de los comités de selección del Festival -que ha equiparado el género de sus -, y cuando se enteran de que no han quedado, las remiten a la Quincena, si es que no lo hicieron a la misma vez.
El caso de la Semana de la crítica, donde ganaron premios Bolivia, de Adrián Caetano, XXY, de Lucía Puenzo, o La patota, de Santiago Mitre, al solamente proyectar operas primas o segundas películas, muchos cineastas debutantes optan por inscribirse directamente allí.
Con una salvedad: el Festival de Cannes concede un premio, la Cámara de Oro a la mejor opera prima exhibida en cualquier pantalla de Cannes. Así, Las acacias, de Pablo Giorgelli, no obtuvo premios en su paso por la Semana de la Crítica, pero se terminó llevando la prestigiosa Cámara de Oro en 2011.

Por qué es importante el Festival de Cannes
Es habitual responder que el encuentro más importante del cine internacional es el Oscar. Todos los años millones de personas vemos la entrega del premio de la Academia de Hollywood. Pero Cannes concentra muchísima prensa en sus 12 días, lo que lo convierte en una vidriera más prolongada, una pantalla a la que los cineastas desean llegar, participar y competir. Por prestigio, y porque, al revés que el Oscar, les da una visibilidad a las películas antes de su estreno y no después de que hicieron su recorrido comercial.
Con el agregado de que las películas que concursan en Cannes, pueden ganar la Palma de Oro en mayo de un año, y el Oscar a la mejor película en marzo del año siguiente.
La diferencia con el Oscar
No es lo más habitual, porque el Oscar lo suelen ganar filmes de producción por lo general hollywoodense, pero ojo que sucedió dos veces en los últimas seis años: coincidieron los ganadores en Cannes y para la Academia de Hollywood: Parásitos, de Bong Joon-ho, y Anora, de Sean Baker, este mismo año ganadora de 5 estatuillas en Hollywood.

Así que esta edición, la actual, del Festival de Cannes se sigue con enorme expectativa también del otro lado del Océano Atlántico. ¿Alguna de las películas made in Estados Unidos llegará con chances de Oscar?
A veces puede marear la información desde Cannes, porque no solo están la Quincena y la Semana de la crítica, sino que el Festival tiene también distintas secciones donde exhibe sus películas.
Todas las secciones
La principal, aquella en la que todos quieren estar, y competir, es la de En competición. Un Jurado de 9 , compuesto por 4 mujeres y 4 hombres más el o la presidenta es el que entrega en la clausura la Palma de Oro a la mejor película y otros premios oficiales. Suelen competir entre 21 y 23 filmes cada año. Este 2025 son 22, y todas tienen asegurada una proyección en el Grand Thèâtre Lumière, la sala principal del Palais des Festivals, que tiene la famosa alfombra roja y su escalinata igualmente alfombrada.
La segunda sección en consideración, que también es competitiva, es más reciente y se llama Un certain regard (Una cierta mirada). Allí deberían en la teoría ir las películas, sino experimentales, menos comerciales y con mayor riesgo creativo. El Jurado es de 5 personas, y en esta edición nuestro compatriota Nahuel Pérez Biscayart es uno de los integrantes. Las películas se proyectan en la Sala Claude Debussy.

Después otras producciones que se exhiben integran las secciones Fuera de competencia, Sesiones especiales, Cannes première (no hay nada que las diferencie, pero arriesgaría que el orden de importancia es ése), Cannes Classics y proyecciones de medianoche -ninguna es competitiva- y La Cinefondation, que exhibe los cortometrajes que sí, se premian.
El Festival ha sumado más proyecciones, para quienes se perdieron las premières, y ahora no solamente son en el Palais sino que también las películas se pasan en otras salas de Cannes, más alejadas del centro de la ciudad enclavada en la Costa Azul.
Así que ya saben: el Festival de Cannes es uno solo, pero es cierto que parecen más. Todo sea por ver el mejor cine del mundo.
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