window.addEventListener('keydown', function(e) { if(e.key === 'Escape'){ e.preventDefault() } });
Noticias hoy
    En vivo

      Alejate de las malas compañías

      Hablamos de esas amistades y personas que te hacen perder el equilibrio y te corren del camino del crecimiento. Son esas que no te permiten aprender de tu propia experiencia, sino que quieren que aprendas de la suya. Aprendé a identificarlas.

      Video

      Beatriz Goyoaga es la coordinadora de El Arte de Vivir para Latinoamérica y España. Dio la vuelta al mundo, y entrevistó a personalidades como George Bush, Nelson Mandela y la reina Isabel de Inglaterra. Su autobiografía “Del gin-tónic a la meditación y la respiración” (Editorial Atlántida) vincula sus vivencias con las premisas clave de la Fundación. Estuvimos a solas con ella.

      Producción periodística y edición: Sabrina Díaz Virzi.


      Redacción Clarín

      Las amistades y personas que te hacen perder el equilibrio, tu tranquilidad y el camino del crecimiento, esas que no te permiten aprender de tu propia experiencia (sino de la suya) no son buenas compañías. Podés galopar sobre ese caballo de malas compañías creyendo que la vida es así... Podés vivir aún mucho tiempo sin darte cuenta del verdadero valor de la vida, vas ciego: ellos o ellas te distraen.

      Estas compañías e influencia de otros sobre vos es uno de los motivos por el cual la gente comete el mismo error una y otra vez. Después, cuando ya lo cometiste, quedás completamente abatida y deprimida por largo tiempo. Un ejemplo pueden ser las drogas. Lo peor es que muchos ni siquiera saben que son desdichados.

      No hay duda de que una persona con este ritmo, viviendo en la vorágine de la vida a mil por hora, estresado y ciego es desdichada y también amarga a todos los que le rodean. Esa es una mala compañía. Los que se olvidan de sí mismos. Se les borra la memoria de saber quiénes son, qué son, qué es lo que quieren o por qué están aquí, ni tampoco saben hacia dónde se encaminan. No tienen idea de quiénes fueron, ni cómo fueron.

      La mayoría de los adultos se olvidan de que en algún momento fueron adolescentes y que ellos también tuvieron problemas como adolescentes. Y cuando tienen hijos piensan que sus hijos no están haciendo bien las cosas. Infinidad de adultos sienten que sus hijos no los escuchan y se olvidan de que ellos tampoco escucharon a sus padres en algún momento de sus vidas.

      Cuando llega la desilusión perdés tu memoria, perdés el conocimiento de quién verdaderamente sos.

      El intelecto se nubla con la sobreactividad y muchas otras malas costumbres y, cuando el intelecto está nublado, no está claro y no es agudo, todo parece estar mal. Es el intelecto el que dice “esto es bueno, esto no es bueno; esto está bien, esto no está bien”, pero con el intelecto nublado no podés ver.

      Todos los placeres que te traen gusto a corto plazo y desdicha a largo plazo no son buenos. Lo que te trae dicha a largo plazo y quizás te cuesta a corto plazo es bueno. Esta debería de ser la definición de lo bueno y de lo malo para vos. Preguntate: “Esto que hago o voy a hacer, ¿me traerá placer ahora o después">