Mayo arrancó con una deflación en ciertos productos de consumo masivo, según las consultoras privadas, como una estrategia para reactivar ventas y competir con el creciente ingreso de mercadería importada, especialmente de Asia.
Desde comercios hasta industrias manufactureras empezaron a bajar precios en la primera quincena de mayo tras un abril en el que los supermercados tuvieron un leve repunte, pero las pymes terminaron el mes complicadas.
Mientras que Scentia reportó una recuperación en las góndolas del 0,1% que cortó la racha de 15 meses de caída consecutiva, CAME informó que las ventas minoristas subieron 3,7% interanual en abril, aunque contra marzo se contrajeron 1,8% y advirtió sobre “márgenes muy reducidos por el alto costo de servicios, impuestos y alquileres, y el bajo poder adquisitivo que limitó el consumo, con muchos comercios que vendieron solo lo indispensable en un escenario incierto y difícil de sostener”.
Con el dólar flotando y un consumo que aún no despega, se reconfiguran las estrategias comerciales y se impone la necesidad de mayor rotación de la mercadería.
En alimentos, además del fin del cepo, según LCG, “influyeron en mantener las remarcaciones calmas mensajes públicos puntuales que buscaron retrotraer aumentos, al tiempo de orientar los acuerdos de paritarias”.

“Esta clase de herramientas, siempre y cuando funcione como complemento (y no un sustituto) de políticas macroeconómicas sanas, es bienvenida para colaborar con la coordinación de expectativas”, consideró la consultora.
Así es que su relevamiento semanal mostró una desaceleración en la primera quincena del mes, explicado por la retracción de 1,6% en la segunda semana –la más pronunciada en cinco años– por una baja de 4,9% en verduras, 4,1% en lácteos y huevos, 2,2% en comidas listas para llevar y 1,8% en carnes, lo que augura una menor inflación para mayo, que podría caer por debajo del 2% y ser la más baja de la “era Milei”, luego del 3,7% de marzo y el 2,8% de abril.
Por su parte, el relevamiento de Econviews arrojó una baja del 0,2% en la semana pasada en alimentos y bebidas, en los que resaltan las mayores caídas en verduras, con 2,8%; y lácteos, con 0,8%.
“Ayudados por el Hot Sale, lo mismo está sucediendo en otros rubros” que no detalla su informe de avance de precios, señaló LCG. Es que, en buena medida, las rebajas de otros sectores la semana pasada estuvieron relacionadas al evento de descuentos que organizó el comercio electrónico y se extendió hasta este domingo.

En ese sentido, la baja de precios se extiende más allá de los alimentos a sectores como electro, tecnología, indumentaria, objetos para el hogar y construcción. Empresas como Aluar, por ejemplo, bajó sus precios del aluminio tras la eliminación del Impuesto País para reactivar la demanda interna y compensar la caída en exportaciones tras la suba de aranceles por parte de los Estados Unidos.
Solo para graficar la búsqueda de ahorro, según datos del sector, el 90% de las ventas en el Hot Sale se hicieron con descuento. “En una semana marcada por el Hot Sale que impactó en rubros como indumentaria, electrónica, seguros, muebles y hoteles, nuestros relevamientos del IPC nacional mostraron por primera vez deflación: -0,2%”, indicó Equilibra.
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