Hay furor. En Avellaneda. Y en Boedo. Hay furor y hay una gran ilusión impulsada por la sed de romper con los años de sequía de un título local y por diferentes realidades que condimentan los presentes de Independiente y de San Lorenzo, los dos denominados 'grandes' que llegaron al umbral de la definición del Torneo Apertura y que jugarán las semifinales en sus estadios este fin de semana ante Huracán y ante Platense, respectivamente. Tanta es la euforia de sus hinchas que en poco tiempo agotaron las entradas para ambos partidos.
La gente del Rojo bajó el martillo. Quiere sí o sí romper el maleficio de 23 años sin un laurel en la liga doméstica. El último que ganó fue en 2002 de la mano del 'Tolo' Gallego. Si bien en 2010 y en 2017 celebró las obtenciones de la Copa Sudamericana y en 2018 la Suruga Bank en Japón (su título internacional número 18), existe en el Diablo una necesidad imperiosa de campeonar en casa. Y creen que con este equipo de Julio Vaccari eso podría hacerse al fin realidad.

"¿Copa o campeonato?". La pregunta se multiplica en numerosas encuestas en las redes sociales y en los medios partidarios y nacionales desde que empezó el año. Y no hay ninguna en la que gane la opción "Copa". Una gran mayoría prefiere esta vez lo casero. Y ahora que Independiente está a dos encuentros de conseguirlo, la locura es total en el lado rojo de Avellaneda.
Para colmo, la semifinal de este sábado a las 18.30 se jugará en el Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini, un estadio en el que el Diablo nunca perdió en el ciclo de Vaccari y en total ya acumula un invicto de 24 enfrentamientos. Por eso, nadie quiere quedarse afuera del sábado. Sin embargo, apenas serán poco más de 40.000 privilegiados los que digan presente ante el Globo. Y todos ellos ya tienen su ticket.
El canje de bonos (populares) para socios duró apenas 2 minutos. Como en cada cotejo en su cancha, los asociados del Rojo tuvieron que ingresar al sistema con su y cuota al día en el horario indicado por el club (miércoles a las 18:00) para sacar su ingreso a una de las tribunas Santoro o Pavoni. Según pudo saber Clarín, minutos antes de la hora estipulada ya había en espera cuatro veces más de los lugares disponibles. Como era de esperarse, volaron en un abrir y cerrar de ojos.
Hubo quejas lógicas de quienes se quedaron con las manos vacías, pero no se reportaron fallas en el sistema. Lo mismo pasó con la venta de las plateas, que se dio desde las 19 y a los pocos minutos ya se anunció el "sold out".
El consuelo para quienes no puedan ir a la semifinal estará el miércoles que viene, cuando Independiente reciba a Nacional Potosí por la última fecha de la fase de grupos de la Sudamericana. No será una semi, pero el contexto es importante: el Rey de Copas necesita ganar para asegurar su clasificación a octavos.
En Boedo también se esfumaron las populares a través del canje para socios, pero en este caso sí hubo problemas y broncas mayúsculas de muchos simpatizantes de San Lorenzo.

¿Qué pasó? El canje estaba anunciado para las 10 de la mañana de este jueves, pero el sistema colapsó de movida. “¡Ups! Algo salió mal. El servidor encontró un error interno o una configuración incorrecta y no pudo completar su solicitud”, rezaba un cartel de error que ocupaba toda la pantalla.
Esa falla perduró una hora. Muchos impacientes que estaban cerca (y no tanto) decidieron no esperar y acercarse a la sede de Av. La Plata para hacer el canje presencial. Recién cerca del mediodía se logró recomponer la fila virtual para empezar con el proceso online. A las 16 horas se comunicó que ya no quedaban más populares.
La desprolijidad parece perseguir a este Ciclón que de manera asombrosa logra disociar su crisis institucional de su primer equipo comandado por Miguel Angel Russo. Había que ser un fanático muy optimista para imaginar al cuadro azulgrana en esta instancia decisiva en medio de tantos problemas internos económicos y políticos, con su presidente de licencia por la acusación de recibir coima y con un plantel que antes de los cuartos de final decidió hacer un día de paro por falta de pago.
Sin embargo, ahí está el San Lorenzo de los milagros, que ganó su último título de liga en el Inicial 2013 con Juan Antonio Pizzi. En el medio, claro, obtuvo la Copa Libertadores 2014 con Edgardo Bauza y la Supercopa de 2015 ante Boca con Pablo Guede en el banco. Las plateas se acabaron un rato más tarde. El domingo desde las 16 contra Platense, el Nuevo Gasómetro también lucirá colmado.
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