El hombre está tranquilo. Los ocho años de su presidencia en River le dieron una gran felicidad, pero también un agotamiento. Pero al fin de cuentas, todo lo bueno prevalece por cualquier otra cosa. Dejó una huella. Y hoy se alegra ante cada muestra de afecto de los hinchas que le agradecen su paso por el club. “Nos hiciste felices”, cuentan que le dicen, aunque él remarca que solo fue la cabeza de “un gran equipo” y que encontró en Marcelo Gallardo al líder futbolístico que condujo a las grandes alegrías. También le da estima que simpatizantes de otros clubes lo elogien. Es Rodolfo D’Onofrio, el presidente más ganador de la historia del Millonario. Que recibió a Clarín en su oficina de Barrio Parque, y, si bien no está dando entrevistas a temática amplia, el encuentro se pactó por el especial que este diario realizó por el episodio del “gas pimienta”, a 10 años de aquel lamentable hecho en la Bombonera.
Mano a mano, café y agua sin gas de por medio, D’Onofrio tiene unas anotaciones que hizo en un cuaderno en las que fue recordando aquella noche, antes de comenzar la charla. “Jamás pensé que podía ocurrir un episodio como el que pasó y mucho menos que yo me iba a meter en la cancha de Boca”, fue lo primero que dijo -tras prenderse el grabador- de aquel hecho que, sin dudas, fue una de las marcas de su presidencia.
Y acto seguido, empieza con el relato de sus recuerdos: “Fue una noche donde notamos que había mucha agresividad cuando llegamos a la cancha. Había carteles como de guerra que decían “de acá no salen vivos” y otros con la burla de la “B”, pero eso era folclore. Entonces, nos llevan al palco de los visitantes, arriba de todo. Estábamos todos los dirigentes de River que habíamos ido, había un televisor chiquito a mi derecha, sin sonido, abajo teníamos la manga de los jugadores por donde salen y había terminado el primer tiempo. River había jugado bien, el 0 a 0 estaba consolidado y se veía que iba a andar bien en el segundo tiempo también, lo veía muy bien a River, teníamos un gran equipo. Entonces, está por empezar el segundo tiempo y veo que pasa algo en la manga, lo confirmo al mirar la televisión. Me empiezo a preocupar porque no sabía lo que estaba ocurriendo y no tenía sonido en la tele. Y yo tenía puesto el celular delante mío y de golpe veo que me escriben y tenía un mensaje de uno de los oculistas más importantes de la Argentina, (Roberto) Zaldívar, (“Que es hincha de Independiente”, aclara) que me pone: ‘Ojo Rodolfo que pueden tener una lesión mediana o grave los jugadores con el gas pimienta que les tiraron’".
Y sigue: "Y ahí mi respuesta, imprevista e inesperada por mí, fue irme abajo a ver cómo están los jugadores. Tanto es así que el único que se dio cuenta fue Matías Patanian. El resto de los dirigentes se dio cuenta cuando yo estaba dentro de la cancha. Yo bajé y era todo ácido. Y me metí a la cancha porque fui a cuidar a los jugadores que por la edad podían ser hijos míos. Me parecía un disparate lo que había ocurrido porque inclusive hasta podrían haber prendido fuego la manga. Porque los jugadores tenían quemaduras y la camiseta con agujeros producto de lo que les tiraron. Entonces me acerco a donde están los jugadores. Ponzio, Kranevitter, Vangioni, Pity Martínez, Ramiro Funes Mori, Jonatan Maidana, eran los que estaban peor. Porque además les habían tirado agua a los ojos y los tenían más irritados todavía. Vi las quemaduras, lo irritados que estaban. Entonces me dirigí a (Darío) Herrera, el árbitro, que era la primera vez que dirigía un River-Boca y le dije: ‘Señor, lo hago responsable de la salud de los jugadores, yo me voy, pero lo hago responsable de ellos’. No dije otra cosa. Después todo lo que salió, que Arruabarrena dijo, que yo dije, todas mentiras. No crucé dialogo ahí, yo no lo vi, después lo vi en la foto (de la que le hicieron un cuadro), que estaba atrás”.

-¿No le dijiste que vos hablabas “con los dueños del circo y no con los monos” como trascendió?
-Mentira, yo no dije nada de eso. Aparte, ¿sabés qué? Si él dijo algo o yo hubiera dicho algo era imposible de escuchar porque la gente lo único que hacía era gritarme y putearme. Y con justa razón. "¿Qué está haciendo el presidente de River adentro del campo de juego?", dirían. Porque más de uno de los hinchas de Boca que estaban ese día ahí no sabían lo que pasaba. Entonces, ahí me doy vuelta para volver. Y la Policía me dice: "Pare, ahí está La 12. Lo matan a usted si pasa por ahí". Esperé un ratito y me pusieron los escudos y así entré al vestuario de River. Y entré corriendo porque mi instinto era el de llegar lo más rápido posible para saber qué estaba ocurriendo.
-¿Volverías a hacerlo?
-No te quepa la menor duda, volvería a hacerlo. Ante un acto de este tipo, se justifica que un presidente o quien sea vaya a defender a su grupo. Porque fue algo que podría haber terminado mucho peor. Fue un atentado. Porque una cosa es que les tiren dos o tres cositas y otra cosa es que rompan una manga y por esa manga hagan lo que hicieron.
-¿Estuvo premeditado?
-De los dirigentes de Boca no creo, no, no. Sí fue premeditado por los que participaron del hecho, eso estaba armado. Para hacer eso es porque alguien está custodiando y mirando lo que ocurre, si no, no sucede.
-¿Qué le dirías al Panadero (Adrián Napolitano) si lo tuvieras enfrente ahora?
-Le diría: "Ojalá que hayas madurado, ojalá que te hayas dado cuenta que fue un disparate lo que hiciste, sería bueno que algún día agarres un micrófono y digas me arrepiento, hice un disparate, que no vale la pena porque no sirve para nada". Creo que si lo hace va a beneficiar a que otros no quieran hacer lo mismo o alguna locura parecida. Pero yo igual creo que siempre en la vida hay que saber perdonar, no hay que tener espíritu de venganza o de odio. Yo soy de perdonar. Pasaron 10 años.

-¿Con Daniel Angelici volviste a hablar del tema?
-No, no. Pero te cuento más. Cuando llego al vestuario de River me avisan que Angelici estaba en la puerta, que me estaba esperando. Entonces, fui con él y me llevó por la manga de los árbitros a ver si podíamos entrar a los jugadores. Porque no podían entrar. Fundamentalmente porque algunos jugadores de Boca se portaron mal y en vez de acompañar a sus colegas para que pudieran volver al vestuario, producto del miedo, del acuerdo o no sé qué con La 12, no lo hicieron. En la vida hay compañerismo y hay que saber manejarse y tener la idea de que lo humano está antes que nada. Entonces le digo a Angelici, entremos y él me dice: ‘No, no, a la cancha no’. Bueno, llamamos a los técnicos. Y ahí primero viene Arruabarrena y ahí sí me dice algo. Y cuando me dice algo que no me acuerdo que era, como que estaba molesto, le digo a Angelici: ‘Ah no, atendelo vos a tu técnico y ustedes resuelvan el problema y que los jugadores puedan entrar. Yo vine a tratar de ayudar y este me dice cualquier cosa. Chau, adiós’.
D’Onofrio continúa el relato con la indignación que le provocó que al llegar al vestuario de nuevo, hubiera un fiscal que quería tomarle declaración por haber ingresado al campo de juego. “Yo en ese momento volaba de la bronca y un fiscal me viene a buscar a mí porque había entrado a la cancha... Me acuerdo que había dos o tres personas más que eran partidarios del gobierno de la Ciudad y les digo: ‘Muchachos háganme el favor de decirle que se vaya porque ustedes están totalmente locos, esto es un disparate’. Nunca me tomaron ninguna declaración y se fueron. En vez de tomarme declaración a mí, tenían que hacerlo con el que puso el gas pimienta. Yo si hice una falta cumplo la falta, pero no tenían que estar ahí”.
Y al rato apareció Sergio Berni, que era el secretario de Seguridad de la Nación en ese momento. “Se presentó muy bien y me dijo que estaba para dar seguridad y me remarcó: ‘Este partido no se puede seguir jugando’. Recién a las dos de la mañana salimos de la cancha con un helicóptero que nos iluminaba”.
-¿Y cómo deciden ir a Paraguay?
-Estaba apareciendo la versión de que era todo un invento. Entonces, digo para mí: ‘Yo me comí muchos años como hincha de River donde los dirigentes de Boca, más rápido que los dirigentes de River, hicieron actos o cosas en forma pícara o inteligente que terminó favoreciendo a ellos y perjudicándonos a nosotros. Sentí muchas veces cuando era hincha que no nos defendían como correspondía. Entonces, digo, esta vez no va a pasar esto’. Hablé con los médicos y mientras nosotros íbamos al Monumental, un grupo fue al hospital con los jugadores más damnificados y los esperamos en la concentración. Cuando llegaron, a las tres y pico de la mañana comimos algo y ya con los diagnósticos y todos los estudios hechos, hablamos con Ignacio Villarroel -hoy vicepresidente segundo- y Gonzalo Mayo (abogados del club), que fueran a Paraguay, en un vuelo que salía a las siete de la mañana, para presentar la documentación. Y nada más porque no podíamos alegar nada ya que no nos correspondía. Y lo hicieron. Después vino la decisión de la Conmebol, pero River ya no tuvo más participación. Lo único que hicimos fue presentar la documentación. Y al otro día habló con Angelici que me llama para preguntarme cómo estaban los jugadores, todo en un buen tono. Y a las pocas horas me mató por televisión junto con Arruabarrena. A mí y a todo River .

-¿Y cuándo hablaban de “escritorio” qué te generaba?
-Me reía, me reí como me reí tantas otras veces. Como pasó con lo de 2018 que apelaban y apelaban y apelaban…Y habíamos ganado la Copa Libertadores y después la Recopa a los meses, y todavía seguían apelando. Y me acuerdo que fui a un programa de Fantino que me decía ‘vas a tener que devolver la Copa’ y le dije ‘no te hagas problema, vamos a ir todos los hinchas de River con las dos Copas y te la vamos a regalar porque nosotros ya la ganamos en la cancha. Pero no va a ocurrir’. Era en tono de gracia. Yo defendí más de una vez a River con humor, como también lo hizo Macri cuando fue presidente de Boca, que decía que hacía frío en el Monumental. ¿Por qué los de River no podemos decir cosas? ¿Solo los de Boca pueden? A mí me tocó cuando era chiquito ver como Roma se adelantó 14 metros (sic) para atajarle un penal a Delem. Nos metieron la mano en el bolsillo y no solo con Boca, la mano de Gallo, me pasaron un montón como hincha de River. Pasé 18 años viendo cómo no salíamos campeones por cosas raras. Algunas por culpa de River, otras por cosas extrañas. Entonces, yo como presidente lo que hice fue tratar de defender los derechos de River, nunca busqué una ventaja, jamás. Y si hubo hinchas de Boca que se sintieron ofendidos les pido disculpas porque nunca quise ni ofenderlos ni ultrajarlos como que entré a su casa, no, de ninguna manera fue mi intención hacer eso. Mi intención fue defender a mis jugadores. Y lo volvería a hacer. Jamás entraría por otra cosa. Se trataba de lesiones muy importantes. Podía ser delicado y más grave y reaccioné con el mensaje.
-¿El episodio del gas pimienta lo terminó fortaleció a River para ganar la Copa?
-No creo que por el gas pimienta. River ya venía fuerte. El gas pimienta fue una situación lamentable, pero no por eso ganamos la Copa. La Copa la ganamos porque tantos jugadores, cuerpo técnico, dirigentes, hinchas y socios estábamos unidos. Cuando vos lográs una unión total y una identificación, es más probable que te vaya bien a que te vaya mal. Y eso fue lo que ocurrió. Un gran técnico, un gran grupo de jugadores, dirigentes que apoyábamos la gestión y que la seguimos apoyando.
-¿Y a vos como presidente te marcó?
-El gas pimienta fue algo que me marcó, pero no fue buscado. Como el día que dije ‘vengan que no somos tan buenos’. Me salió del alma. ¿Vos sabés lo que fue ser presidente de River y esperar el segundo partido de la final de la Copa 2018? No dormí por noches. Tenía que estar atento a todo. Y pensando en el gas pimienta esos días siguientes fueron bravos, jugamos con Cruzeiro la ida y perdimos, y lógico por el estado psíquico del que veníamos. Y a la semana siguiente jugamos en Belo Horizonte y yo estaba en Suiza para votar a Blatter o al Príncipe por las elecciones de FIFA. Y fue el FIFA Gate. Pasé de todo. El partido ese de Cruzeiro y River lo vi en un Ipad, a las 3 de la mañana. Y cuando me levanté a la mañana siguiente para ir a desayunar resulta que 10 de los que habían comido conmigo la noche anterior estaban presos.
-¿Cambiaron la historia contra Boca?
-Mirá…River le ha sacado años luz a todos desde que llegamos en 2013, entre campeonatos, estadios…Cuando asumimos estábamos en coma 8 y hoy River está muy saludable. Macri dijo, posiblemente con buena visión, que el que perdía la final de 2018 iba a pasar 20 años en recuperarse. Y cuando se quedaron ahora afuera de la Copa, puse un tuit porque evidentemente tiene razón, veo que no se pueden levantar todavía. Pero es en tono de broma, parte del folclore. Y quieras o no, producto del fútbol de River, de Gallardo, de los jugadores y de dirigentes y socios de River, Boca ahora viene a jugar de otra manera al Monumental. Antes era al revés, íbamos a la Bombonera sabiendo que iba a ser complicado ganar. Ahora ellos vienen a nuestra cancha a colgarse del travesaño.
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