Redacción Clarín
Ir hasta el chino y chequear. Dar unas vueltas a la plaza y volverlo a mirar. Igual que al llegar a la parada del colectivo o después de caminar esas cuadras hasta llegar a casa. El número en celular o en el reloj inteligente se actualiza, la curva crece, pero llegar a los 10.000 pasos se vuelve para muchos un Everest personal difícil de alcanzar todos los días. ¿Son necesarios para no ser sedentarios? ¿De dónde surge esa cifra">