Ni análisis de sangre, ni estudios de imágenes: la hipertensión arterial, que afecta casi a cuatro de cada 10 adultos en Argentina, es una de las enfermedades crónicas más fáciles de diagnosticar y tratar. De su control adecuado se benefician ni más ni menos que el corazón, el cerebro, los riñones, el sistema vascular.
La hipertensión es "la causa de la causa": la causa detrás del infarto, del ataque cerebrovascular (ACV), de la insuficiencia renal, por ejemplo. Y muchos de esos eventos o enfermedades que amenazan la vida podrían evitarse con un buen control de la presión.
Sin embargo, vivir con la presión arterial alta sigue siendo la principal causa de muerte prematura y discapacidad en la Argentina.
Por eso, los especialistas hablan del "desafío cardiorrenometabólico", lema del Congreso Argentino de Hipertensión Arterial, que se llevó a cabo en Buenos Aires a fines de abril, en vísperas del Día Mundial de la Hipertensión, que se conmemora cada 17 de mayo.
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Pablo Rodríguez, presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) suele decirles a sus pacientes que arterial es el apellido de la enfermedad y que es el que indica dónde está el problema, "en este caso se da en las arterias, con todo lo que eso implica".
En las personas con hipertensión la sangre fluye a través de las arterias con más fuerza, ejerciendo presiones mayores que lo normal. La presión arterial se compone de dos números: sistólica, la "alta" (cuando los ventrículos bombean sangre fuera del corazón) y diastólica, la "baja" (cuando el corazón se está llenando de sangre).
Se considera que una persona tiene presión arterial alta cuando se detectan en forma sistemática en el consultorio valores por encima de 140/90 mm Hg (o 14 de "alta" y 9 de "mínima").
Si pensamos en las arterias como las autopistas a través de las cuales circula la sangre hacia los diferentes órganos, resulta fácil comprender por qué la hipertensión es un factor de riesgo que no está asociado a una sola patología sino a varias.
El desafío cardiorrenometabólico
"Un tercio de la población mundial adulta tiene hipertensión arterial y esto genera un impacto en los distintos órganos. Por ejemplo, en el riñón es la causa más importante de enfermedad renal crónica y de pacientes que van a diálisis, también es la causa más frecuente de insuficiencia cardíaca, infarto, ACV", destaca Nicolás Renna, ex presidente de la SAHA.
Pero la "transversalidad" de la hipertensión no termina ahí. No solo impacta negativamente en varios órganos a la vez, sino que suele presentarse "en combo" con otras enfermedades que contribuyen a incrementar el riesgo, como la diabetes, la obesidad o las dislipidemias.
"Habitualmente -suma Renna- todas estas enfermedades están enlazadas. La hipertensión arterial está asociada a diabetes mellitus o tipo 2 y a obesidad, que también son muy prevalentes, lo que genera un efecto sinérgico y un mayor impacto en los órganos blanco."
"Son como una especie de asociación ilícita", grafica Rodríguez, jefe de la Clínica de Hipertensión Arterial del ICBA Instituto Cardiovascular: "La presencia de hipertensión ensombrece el pronóstico cuando se dan estas comorbilidades. Un paciente diabético hipertenso tiene mucho más riesgo que si fuese solo diabético o solo hipertenso. Algo similar sucede con la obesidad o la hipercolesterolemia".
Tratar adecuadamente la hipertensión baja significativamente ese riesgo. "No un poco, sino mucho", entusiasma Renna, jefe de Unidad Coronaria y de la Unidad de Hipertensión Arterial en el Hospital Español de Mendoza.
Y ofrece datos que dan cuenta de la contundencia de la que habla: bajar la presión arterial en 20 milímetros de mercurio para la presión arterial sistólica (la "alta") reduce el 50% de la incidencia de insuficiencia cardíaca (es decir, la aparición de la enfermedad), el 25% de los infartos de agudos de miocardio y alrededor de un 20% de los casos de enfermedad renal crónica. "El impacto es muy importante", insiste.
Detectar la hipertensión
Pero ese costado auspicioso se choca contra una realidad poco alentadora: el del subdiagnóstico y el subtratamiento. "En Argentina, menos del 40% de los hipertensos realmente saben que lo son. O sea, menos de uno de cada dos. Y eso tiene una consecuencia clara sobre el control de la presión: si uno no sabe que es hipertenso, mucho menos va a tener la presión controlada y tratada", argumenta.
"Si bien es la enfermedad más prevalente, requiere de algo muy importante, que es tomarse la presión arterial. Y ahí es donde está el problema. No hay controles del adulto sano, para hacer una analogía con el control de pediatría. No ocurren anualmente, ni siquiera regularmente. El adulto habitualmente va al consultorio cuando tiene un problema. Y ese problema es que ya avanzó mucho la enfermedad. Por eso desconocemos a etapas tempranas que los pacientes tienen hipertensión arterial, porque no da síntomas", dice Renna, que es también investigador del Conicet y miembro de la Federación Argentina de Cardiología (FAC).

¿Quiénes y a partir de cuando deberían controlar la presión? Lo ideal es tener los primeros registros en la infancia, cuando se visita al pediatra, y luego mantener la frecuencia que se recomienda para cada edad, comenta Rodríguez.
Y precisa: "A partir de los 18 años, incluso quien no tenga ningún factor de riesgo conocido, debería controlarse la presión mínimamente una vez por año. Y después de los 40, la recomendación es por lo menos dos veces al año. Siempre en las mejores condiciones posibles para que ese registro sea un valor confiable".
Los especialistas coinciden en que la responsabilidad del control de la presión no debe recaer únicamente en los pacientes. Cada o con el sistema de salud es una potencial oportunidad para hacerlo, sin embargo, un estudio realizado por la SAHA en 9 hospitales de todo el país demostró que apenas en el 14% de las consultas se midió la presión y solo en la mitad de las consultas cardiológicas, donde ese registro es fundamental.
Tratar la hipertensión
El desconocimiento de la enfermedad y el inadecuado control son "los dos principales flagelos" que enfrenta la problemática de la hipertensión, resume Marcos Marin, ex presidente de la SAHA, que desde 2017 la campaña Conoce y Controla tu presión arterial (CyC).
De la edición 2024 de CyC participaron más casi 34 mil adultos que controlaron su presión en diferentes puestos distribuidos a lo largo del país. Los resultados no fueron alentadores, pero tampoco lo sorprendieron.
"La detección activa de hipertensión permite identificar un alto número de personas con la enfermedad. Sin embargo, desde el inicio de la campaña en 2017, los porcentajes de hipertensos desconocidos, tratados no controlados y tratados controlados no han mostrado cambios significativos", lamenta.
Además, apunta, el número de fármacos utilizados en los pacientes tratados sigue siendo bajo, en línea con lo que muestran estudios epidemiológicos de más de una década atrás. (Está comprobado que para lograr un buen control de la hipertensión arterial la mayoría de las personas necesita dos o más fármacos en simultáneo, pero en Argentina las investigaciones muestran que el 70% de los pacientes tratados reciben monoterapia, es decir, una sola droga antihipertensiva).

En síntesis, de acuerdo a las fuentes consultadas, los profesionales de la salud miden poco la presión e indican un tratamiento menos intensivo que el ideal (lo que se define como inercia médica o terapéutica) y, aún así, los pacientes cumplen en baja proporción con las medidas farmacológicas y no farmacológicas que ayudan a controlar presión (alimentación saludable baja en sodio, ejercicio físico, no fumar, evitar o limitar el consumo de alcohol, control del estrés y buen descanso).
Nuevo consenso
Uno de los puntos más altos del congreso realizado a fines del mes pasado fue la presentación del Consenso Argentino de Hipertensión Arterial 2025, elaborado en forma conjunta por la SAHA, la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y la Federación Argentina de Cardiología (FAC).
Renna es uno de los autores de la nueva versión, que actualiza en base a la última evidencia científica al documento anterior, de 2018.
Entre las principales novedades, destaca que en cuanto al diagnóstico, se hace mucho hincapié en cómo debe medirse la presión correctamente en el consultorio y en en el domicilio. Y se pone un especial énfasis en el tipo de dispositivo adecuado para hacer el chequeo: "Si bien en el consenso anterior ya se pensaba en esto, ahora es una recomendación muy fuerte la de usar un dispositivo digital, que favorece registros más precisos".
En cuanto al tratamiento, "la recomendación más fuerte es el uso de combinaciones, o sea, dos o tres en una sola pastilla. Y bajar la presión arterial, si se puede, un poquito más que lo que indicábamos antes. O sea, por debajo de 130/80 mm Hg y no menos de 120/70 mm Hg. Esa es otra nueva recomendación importante".
Eso que se asemeja a la flotación entre bandas que hoy rige el mercado cambiario del dólar, es el rango de tratamiento ideal.
"En algunos grupos se ha visto que hay beneficios en bajarla un poco más, pero eso es muy específico. Para la población en general, reducirla menos de 120/70 puede producir más daño que beneficio, explica Renna. No obstante, en poblaciones específicas, más añosas y frágiles, las metas terapéuticas pueden ser un poco más altas.
Los objetivos o metas a alcanzar varían en función del paciente."Se recomienda valores por debajo de 140/90 mmHg; pero si tenés un alto riesgo cardiovascular, se aconseja bajar a valores cercanos a 130/80 mmHg y si tenés más de 80 años y sos frágil valores por debajo de 150/90 mmHg", indicó Marin.
Esas metas deben ser definidas y ajustadas por el profesional tratante. En ese sentido, el seguimiento es otro de los puntos importantes destacados en el nuevo consenso. Antes, las recomendaciones eran más "laxas" y difusas, ite Renna. "Ahora -diferencia-, la recomendación es que justo después del diagnóstico ver al paciente lo más seguido posible, citarlo una vez por mes o cada dos meses, y después sí dos veces al año."
Mientras tanto, el control ambulatorio de la presión (en la farmacia o la autotoma en casa) "ayudan a saber si el tratamiento está funcionando y si estamos con la presión como corresponde".
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