La estatura de una persona no suele considerarse un factor de riesgo de enfermedad. Sin embargo, hace tiempo se la vincula con múltiples afecciones comunes, desde los problemas cardíacos hasta el cáncer.
Por ejemplo, un metanálisis publicado en marzo por investigadores de Johns Hopkins Medicine (Estados Unidos), sumó evidencia de que las personas más altas podrían tener un mayor riesgo de desarrollar cáncer de colon o pólipos.
"Una posible razón de este vínculo es que la altura de un adulto se correlaciona con el tamaño de los órganos del cuerpo. Una proliferación más activa en los órganos de personas más altas podría aumentar la posibilidad de mutaciones que conduzcan a una transformación maligna", dijo la coautora, Elinor Zhou.

Estatura y enfermedad
El problema es que, en muchos de los estudios realizados hasta el momento, no estaba claro si el vínculo entre estatura y enfermedad era directo o indirecto.
En otras palabras. ¿Ser altos o bajos es lo que pone a las personas en riesgo? ¿O, en realidad, son responsables los factores que afectan a la estatura, como la nutrición, el estatus socioeconómico y los aspectos demográficos?
Un nuevo estudio -publicado este jueves en la revista Plos Genetics- se propuso eliminar esta confusión. Para eso, observó las conexiones entre varias enfermedades y la estatura de las personas, teniendo en cuenta factores genéticos.

Los investigadores usaron datos de más de 300 mil veteranos de guerra de Estados Unidos registrados en un banco del sistema nacional de salud. La gran mayoría (91.6%) eran hombres.
Tras analizar más de 1000 condiciones y aspectos clínicos, obtuvieron el estudio más grande realizado hasta la fecha sobre altura y enfermedades.
La estatura como factor de riesgo
Los investigadores concluyeron que la estatura puede ser un factor de riesgo "biológicamente posible" para varias condiciones comunes en los adultos. Esto es algo que -destacan- antes no estaba reconocido.
"Encontramos evidencia de que la estatura de los adultos puede afectar más de 100 condiciones clínicas", dijo en un comunicado el principal autor, Sridharan Raghavan, del Centro Médico Regional de Asuntos de los Veteranos (VA) de Rocky Mountain (Estados Unidos).
Esto incluye varias afecciones que están asociadas con la calidad de vida, como la neuropatía periférica, las úlceras en las extremidades inferiores, y la insuficiencia venosa crónica.
"Concluimos que la estatura puede ser un factor de riesgo no modificable para varias afecciones comunes en adultos", señaló Raghavan.

Ante la consulta de qué estatura debería tener una persona para ser considerada "alta" y, por lo tanto, estar asociada a los posibles riesgos, Raghavan explicó a Clarín que, en el manuscrito, no clasificaron a las personas como "altas" o "bajas".
"Las asociaciones en nuestro estudio se basan en el aumento de la altura, en lugar de usar un punto de corte para 'alto'", diferencia. Esto significa que tuvieron en cuenta la desviación de la altura estándar en cada población que estudiaron.
"Entonces, el cambio en el riesgo de una afección que medimos fue esencialmente un aumento de 7,5 centímetros de altura para las personas blancas y un aumento de 8,3 centímetros de altura para las personas negras", completa Raghavan.